viernes, 11 de enero de 2013

2013

Espiritualidad.
Balance de 
fin de año.


Autor: 

Ivana Fischer.
Colaboración:
Dr. J.C.Amatucci.



¿Qué significa el 

cierre de un año?... 
Repaso de lo que quedó atrás, de deudas pendientes, alegrías, tristezas; balance, en definitiva... Eso nos provoca, generalmente, sinsabor, porque, a menudo, somos demasiado exigentes con nosotros mismos, y “no nos cierran las cuentas”.
Si nos planteamos que un nuevo año es una nueva oportunidad de volver a comenzar, con nuevos ímpetus, un nuevo ciclo, será provechoso. Pero más importante será si encaramos esa renovación interna diariamente; no debemos esperar a terminar una etapa para hacernos un replanteo. Cada despertar es una nueva oportunidad que nos da la vida para volver a empezar, para decidirnos a ser mejores. Esto que suena a frase hecha no lo es, en la medida en que encaremos nuestra vida con optimismo y compromiso.

Primero tenemos que aprender a disfrutar cada día y el momento presente. Recordar que en Navidad celebramos el nacimiento de Cristo y, por eso, rescatamo valores cristianos, tales como la generosidad, la humildad, la honestidad, la lealtad, las buenas relaciones con los demás.

Llega fin de año, y vemos que la gente anda apurada, ocurren accidentes, se crea una necesidad de visitar y ser visitados, se producen excesos… Los cambios bruscos en cualquier caso, si no son premeditados minuciosamente, no llevan siempre a resultados buenos. Todo lo contrario, la mayoría de las veces, traen consecuencias inesperadas.

Es conveniente meditar bien cuál es el camino que estamos desandando, cuáles son nuestras metas, limitaciones, fuerzas y, a partir de allí, plantearnos qué queremos conseguir, pero no “para mañana”.

¿Cuántas veces nos hemos propuesto “voy a comenzar esto” y luego, mientras avanzamos, las dificultades van apareciendo, los contratiempos nos ganan de mano, e, incluso, hasta pensamos cambiar de objetivo? Si se lo analiza, se verá que casi siempre sucede esto. Entonces, ¿no será que lo normal es que surjan imprevistos, y no que todo debe salir como uno lo pergeña? Adaptarse antes que contraponerse es lo que hace la diferencia para alcanzar la meta. No se olvida lo que se quiere, simplemente, se cambia el modo de obtenerlo.

Este fin de año se toma como tiempo de evaluación, para muchos, como todos los años lo hacen, tal vez sea tiempo también de cambiar el cuestionario. De disponerse a ser menos exigente con uno mismo.

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