Lactancia Materna


Nuevos hallazgos sobre la composición de la leche materna

Fuente : La Prensa
Conscientes de la importancia de la nutrición temprana en el desarrollo de la inmunidad y la prevención de enfermedades a futuro, la comunidad científica continúa investigando cómo impactar mejor en la alimentación de los más chicos. Hay consenso absoluto que la lactancia materna aporta beneficios irremplazables, por eso se hacen todos los intentos posibles para descifrar definitivamente su composición e incorporar más elementos a productos que beneficien a los niños que -por distintos motivos- no pueden recibir leche materna. Sobre estos temas disertaron recientemente en un encuentro científico tres investigadores extranjeros que visitaron nuestro país.
Entre otros conceptos, destacaron que en la Argentina por primera vez lograron dos avances sumamente importantes en la composición de las fórmulas infantiles: incorporarle a una un oligosacárido que está presente en la leche materna y que contribuye, junto con tantos otros de su clase, a fortalecer la inmunidad del niño, y el agregado de "postbióticos", que son elementos bioactivos producto de la fermentación de la leche materna y que ayudan al desarrollo de su sistema inmunológico.
"No conocemos en su totalidad la composición de la leche materna porque es un sistema biológico extremadamente complejo en el que las moléculas que la conforman están en constante interrelación. La leche materna es única porque cada mamá desarrolla una específica para su bebé, lo que hace casi imposible que la descifremos", argumentó la doctora Flavia Indrio, médica gastroenteróloga pediatra, consultora senior del Departamento de Pediatría de la Universidad de Bari, Italia.
La leche humana es considerada un tejido en forma líquida, compuesto por células vivas y múltiples factores bioquímicos funcionales que aportan, más que ninguna otra formulación, grandes ventajas al crecimiento y desarrollo del ser humano al inicio de la vida.
En la misma línea, Carmen Collado, doctora en Biotecnología, especialista en Tecnología de los alimentos, investigadora en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos de Valencia, España, afirmó que "la leche materna es mágica, es un fluido vivo que cambia constantemente de acuerdo con las necesidades del niño. Es diferente en cada mamá y se modifica inclusive de la mañana a la tarde, por lo que es difícil estudiar pormenorizadamente su composición. Hemos estado investigándola durante décadas, pero seguimos aprendiendo y distinguiendo nuevos compuestos".
"La naturaleza es sabia y tenemos que aprovechar las nuevas tecnologías para entender mejor la composición de la leche materna y considerar la posibilidad de incorporar cada vez más y mejores compuestos a diversos productos", agregó Collado, quien además es miembro de la Sociedad Internacional de Investigación en Leche Humana y Lactancia.
"Debemos seguir profundizando nuestra investigación en esta área para hallar cómo mejorar la composición de las fórmulas infantiles que pueden sustituir a la leche materna cuando, por distintos motivos, no es una opción para los niños", subrayó el doctor Seppo Salminen, director del Centro de Investigación de la Universidad de Turku en Finlandia.
"Vamos orientándonos hacia una nutrición más personalizada. Cada hallazgo supone la identificación de nuevos componentes, como los oligosacáridos (HMO, por su sigla en inglés), que son en realidad cientos de prebióticos diferentes. Estamos eligiendo los más presentes en la leche materna para incorporarlos en fórmulas infantiles, pero seguimos investigando cuáles son los de mayor actividad biológica", refirió Salminen, quien también es profesor del Programa Conjunto de Biociencias Sanitarias de la Facultad de Ciencias Biológicas y Facultad de Medicina de esa Universidad.
Durante años, se creyó que estos "oligosacáridos de la leche humana" sólo cumplían la función de estimular el desarrollo de la microbiota. Ahora se sabe que tienen más funciones: previenen infecciones bacterianas, virales y de otros tipos. También se ha encontrado que modulan la respuesta inmunológica celular en el epitelio intestinal, disminuyen la infiltración y activación de leucocitos, y algunas investigaciones sugieren que participan en la prevención de enterocolitis necrosante y aportan ácido siálico que promueve el desarrollo del cerebro y su capacidad cognitiva. Además se han propuesto como protectores de enfermedades alérgicas dependientes de IgE.
"Estos oligosacáridos, en la naturaleza, sólo están presentes en la leche de mama. Ahora están empezando a incluirse en las leches de fórmula y sabemos que tienen mucho impacto en la inmunidad y en la composición de la microbiota", Indrio.
POSTBIOTICOS
La nutrición en las primeras etapas de la vida impacta significativamente en la composición inicial de la microbiota intestinal y contribuye a regular el sistema inmune y la homeostasis metabólica desde una edad temprana, influenciando la salud a largo plazo.
Los primeros mil días, desde la gestación a los dos años de vida, son un período crítico en el cual el intestino y el sistema inmune se desarrollan rápidamente, mientras el bebé deja de vivir en un ambiente protegido para pasar a estar expuesto a riesgos inmunológicos.
Conocer mejor el rol de la microbiota intestinal en la salud puso de manifiesto los beneficios de los prebióticos y probióticos, y ahora también de los postbióticos, que surgieron como una nueva fuente que contribuye al desarrollo de un sistema inmune fuerte y estable.
Tal como describió Indrio, las tres categorías corresponden a nutrientes funcionales, llamados así porque aportan algo más que su poder nutritivo: "Los postbióticos son un producto de la fermentación bacteriana y actúan sobre la inmunidad intestinal y general de los niños, sus mecanismos de defensa contra virus, bacterias y otras infecciones".
Durante el proceso de fermentación, se produce toda la gama de componentes bioactivos de los postbióticos, como enzimas, péptidos (proteínas), polisacáridos, proteínas de la membrana celular, vitaminas y ácidos grasos de cadena corta (AGCC). Estos últimos son una fuente de energía para las células y contribuyen a regular la homeostasis energética. Poseen propiedades antioxidantes, anticancerígenas y antiinflamatorias y juegan un rol esencial dentro el sistema inmune.
En bebés que no recibieron leche materna, el agregado de postbióticos a las fórmulas infantiles demostró que genera una proporción más alta de bifidobacterias en la composición de la microbiota intestinal, lo que la hace más sana y más acorde a la que se encuentra en bebés amamantados.
En lo que respecta a la función inmunológica, estos también demostraron mejorar la capacidad de luchar contra infecciones aumentando la respuesta de los anticuerpos ante un patógeno, así como la influencia directa que producen en la función de la barrera intestinal y en la inmunidad del intestino.











La alimentación del bebé y su momento más crítico
Enviado  por Asteriscos News al Dr. Juan Carlo Amatucci; Médico y Periodista
Entre el tercero y el sexto mes, un 29% de las madres deja de amamantar; además, la introducción de alimentos complementarios que se produce a partir de ese momento suele dar lugar a una dieta de baja calidad nutricional
El 35% de los bebés abandona la lactancia materna antes de seis meses de vida, según revela un estudio realizado en la ciudad de Rosario que aporta información detallada sobre los obstáculos que enfrenta hoy la alimentación de los más pequeños en la Argentina.

El estudio realizado por expertos del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y con participación de la carrera de Nutrición de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL) de Rosario señala al periodo que se extiende entre los tres y los seis primeros meses de vida como el momento de mayor valor estratégico para implementar acciones en torno a la nutrición en el primer año de vida, pues allí es muy alto el riesgo de abandono de la lactancia, así como también el de su complementación con dietas de baja calidad nutricional.

“Nuestro estudio indagó las causas por las que los bebés dejan de ser amamantados y entre ellas resultan muy frecuentes aquellas en las que se observa un débil acompañamiento por parte del equipo de salud. Si éste insistiera en mayor medida y aconsejara a las madres sobre la manera de seguir sobrellevando la lactancia, los tiempos cubiertos por la misma y la edad de introducción de otras leches o fórmulas, ésta podría aumentar”, declaró el licenciado Sergio Britos, director del CEPEA y profesor asociado de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que dirigió el estudio cuyas conclusiones se encuentran actualmente en proceso de publicación.

Con el objetivo de analizar la calidad de la dieta de los niños, sus patrones de lactancia y la alimentación en los primeros dos años de vida, los investigadores del CEPEA y de UCEL llevaron adelante una encuesta sobre distintos aspectos de la alimentación a madres de 301 niños de entre 6 y 24 meses de edad elegidos al azar en siete centros de atención primaria de salud (CAPS) de las diferentes zonas sanitarias de Rosario. Si bien se halló una alta tasa de iniciación de la lactancia (97%), sólo en el 35% de los casos ésta era exclusiva hasta el sexto mes de vida. El abandono de la lactancia ocurría en promedio a los 8 meses de vida; a partir de esa edad, sólo el 35,5% de las madres encuestadas continuaba amamantando.

Al indagar sobre las causas que llevaban al abandono de la lactancia materna, los principales argumentos fueron: “me quedé sin leche” (27%); la necesidad de la madre de salir a trabajar (15%); el consejo médico (9%); una enfermedad de la madre (9%). El resultado del abandono de la lactancia conlleva la introducción de otras leches antes de los 6 meses, cuando se considera que la lactancia materna debe ser exclusiva hasta ese momento, pero también de la introducción de leche de vaca antes de tiempo, ya que se recomienda que no sean introducidas en la dieta infantil antes del primer año de vida.

El estudio realizado en Rosario halló que el 67% de los menores de 12 meses que consumían leche no materna consumía leche de vaca.

“La literatura médica desaconseja la introducción de leches de vaca antes del primer año de vida ya que por su elevada cantidad de proteínas y de sodio pueden representar una sobrecarga al sistema renal todavía inmaduro de los niños pequeños –explicó el doctor Britos–. Además, existe suficiente evidencia sobre la relación entre la ingesta de este tipo de leches y los microsangrados intestinales que son causa de deficiencia de hierro en los menores de un año de vida”.

DIETAS CON EXCESO DE CALORÍAS PERO POBRES EN CALIDAD

En cuanto a la incorporación de alimentos complementarios a la leche materna, el estudio rosarino mostró que el 25% de los bebés había incorporado alimentos diferentes a la leche materna antes de cumplir seis meses de vida. “El principal componente de la dieta infantil que aumenta la inadecuación en calidad nutricional, según muestra nuestro estudio, es la introducción antes de tiempo de alimentos complementarios a la lactancia –advirtió el doctor Britos–. Una incorporación temprana o tardía de alimentos complementarios de baja concentración o densidad de nutrientes afecta la calidad final de la dieta de los niños pequeños”.

El estudio mostró no sólo la introducción antes de tiempo de alimentos complementarios a la lactancia en un porcentaje importante de los bebés, sino que incluso la calidad nutricional de los alimentos introducidos y el momento de su introducción determinaba una dieta pobre en nutrientes esenciales y excesiva en términos de energía (calorías).

Así, los investigadores observaron que el 82% de los bebés tenían una dieta con un exceso de azúcares y que el 66% ingería un exceso de calorías; al mismo tiempo, entre otras deficientes nutricionales, se observó que la dieta de los pequeños ofrecía un pobre aporte de calcio y de hierro en el 43% y el 23% de los casos, respectivamente.

Asimismo, el estudio reveló que es muy frecuente la incorporación tardía de la carne dentro de la alimentación complementaria de los lactantes. La carne se suma a la dieta en promedio recién en el octavo mes de vida, cuando lo que se recomienda es que ya desde el sexto mes se incorporen pequeñas cantidades de este alimento de alta calidad nutricional a la dieta de los niños. El resultado es que el riesgo de anemia aumenta considerablemente a medida que la carne demora su introducción en el esquema alimentario infantil.

“La típica combinación de deficiencias en nutrientes esenciales (la llamada desnutrición oculta) con un exceso de energía es la base de lo que en nutrición se conoce como “dietas de baja calidad nutricional”, una condición que afecta entre un 25% y 80% de los niños estudiados, dependiendo del nutriente estudiado”, advirtió el experto en nutrición, quien destacó el importancia del impacto de esas dietas de baja calidad nutricional sobre la salud y el desarrollo de los niños.

“Las deficiencias nutricionales tienen un rol importante en limitaciones en el desarrollo intelectual, en el ritmo de crecimiento y en la vulnerabilidad a enfermedades típicas de la infancia. La obesidad constituye en la actualidad el problema nutricional más extendido en niños argentinos en general y en niños pobres en particular, adquiriendo ya niveles (aproximadamente 30% entre obesidad y sobrepeso) que la convierten en un fenomenal desafío a las políticas de nutrición infantil”, concluyó el doctor Britos.

El valor del estudio realizado por el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) y de la carrera de Nutrición de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL) de Rosario está dado por el grado de precisión con el que recabó información sobre la dieta de los niños menores de 2 años, evaluando factores como el impacto del complemento alimentario del Plan Materno Infantil en la ingesta total de nutrientes o los patrones de lactancia materna y formas de preparación de leches, pero también porque ofrece un detallado panorama nutricional de un momento clave de la infancia proveniente de una de las ciudades más importantes de la Argentina.



La lactancia materna prolongada aumenta el cociente intelectual a largo plazo
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Enviado por Diario Salud News al Dr Juan Carlo Amatucci; Médico y Periodista
La lactancia materna prolongada mejora el rendimiento escolar, aumenta el cociente intelectual en el adulto y se relaciona con unos ingresos altos en el futuro, según un informe publicado hoy en la revista británica The Lancet.
El estudio, que analizó a un grupo de casi 3.500 personas desde su nacimiento hasta que cumplieron los treinta años, muestra la primera evidencia de que la lactancia materna durante más de doce meses tiene un gran impacto en el desarrollo cognitivo.
"El efecto de la lactancia materna prolongada influye en el desarrollo cerebral y la inteligencia de los niños, pero estos efectos persisten también en la edad adulta", señaló Bernardo Lessa Horta, de la Universidad Federal de Pelotas, en Brasil.
Según el informe, un niño que reciba lactancia materna un mínimo de un año conseguirá con treinta años un cociente intelectual mejor, tendrá 0,9 años más de escolaridad y cobrará un salario de 98 euros más al mes que aquellos que no reciban la lactancia materna durante tanto tiempo.
Horta y su equipo analizaron los datos de cerca de 6.000 bebés que nacieron en el año 1982 en el municipio brasileño de Pelotas.
Entre ellos, 3.493 realizaron un test de cociente intelectual a los 30 años.
Los expertos dividieron a los participantes en cinco grupos, basándose en el tiempo en el que habían recibido la lactancia materna y controlaron diez variables sociales y biológicas que pueden contribuir al incremento del cociente intelectual.
Algunos de esos factores son los ingresos familiares, el nivel de escolarización de los padres, la genética, la edad de la madre y si ha fumado durante el embarazo, el peso del bebé y el tipo de parto.
Los autores señalan que la leche materna tiene una composición única en la que destacan los ácidos grasos de cadena larga, "que son esenciales para el desarrollo cerebral".
"Hemos encontrado que la lactancia materna prolongada está ciertamente relacionada con el cociente intelectual en la edad adulta, lo que refleja que la cantidad de leche materna consumida juega un papel importante", dijo Horta.
Según Erik Mortensen, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, "con la edad, los efectos del desarrollo temprano pueden diluirse debido a factores ambientales posteriores, o mejorar como consecuencia de los logros educativos o profesionales".
Sin embargo, añade Mortensen, este estudio "sugiere que los efectos de la lactancia materna prolongada en el desarrollo cognitivo persisten en el adulto y son importantes para la salud".
Los expertos concluyen que este estudio todavía necesita reforzarse con otras investigaciones futuras que se centren en los efectos a largo plazo derivados de la lactancia materna prolongada.




El Papa alienta la lactancia materna
La lactancia materna ha ganado un nuevo aliado este mes, tal vez uno de los más importantes hasta el momento.
Enviado por Newsletter Intramed al Dr. Juan Carlo Amatucci; Médico y Periodista
“Si están hambrientos, aliméntenlos sin pensarlo dos veces”
Hace unos días, mientras bautizaba a los niños en la Capilla Sixtina, el Papa Francisco dijo a las madres: “Si están hambrientos, aliméntenlos sin pensarlo dos veces, porque ellos son las personas más importantes aquí presentes.” Este fue la segunda vez en menos de un mes en que el Papa habló públicamente y con aprobación de la lactancia materna.

El apoyo del Papa a la lactancia encaja bien con las recomendaciones de salud pública de larga data. La OPS, la OMS y expertos independientes han señalado a menudo que muchas mujeres dejan de amamantar debido a las dificultades de hacerlo fuera de la casa.

El mensaje del Sumo Pontífice para amamantar “sin pensarlo dos veces” podría hacer milagros si conduce a un mayor apoyo a esta práctica en los centros de salud, lugares de trabajo y espacios públicos de todo el mundo. Se podría lograr lo que la OPS, la OMS y otras autoridades públicas buscan desde hace  tiempo: un aumento significativo en el número de bebés que son alimentados con leche materna únicamente durante los primeros 6 meses de vida y la lactancia materna con alimentos complementarios hasta los 2 años o más.

Actualmente, la lactancia materna –un ritual natural, que contribuye a estrechar el vínculo y tiene grandes beneficios a corto y largo plazo tanto para las madres como para los bebés — es sorprendentemente poco practicada en muchos países. A nivel mundial, sólo un tercio de los bebés son amamantados exclusivamente durante 6 meses, y esto se reduce a menos de un quinto entre los infantes de 4 y 5 meses de edad.

Medidas legislativas, además de políticas y programas de apoyo pueden incidir notablemente en los porcentajes de lactancia materna exclusiva. En 1993, Ghana y Malí tenían tasas similares (8%) de lactancia materna exclusiva. Sin embargo, para el 2005, sus índices diferían en 15 puntos porcentuales después de que Ghana aprobó una legislación para impedir la comercialización inadecuada de los productos de fórmula para lactantes, cambió las prácticas hospitalarias para dar mejor apoyo a la lactancia materna temprana, capacitó a trabajadores de la salud, involucró a los padres y lanzó campañas en los medios.

Y se podría hacer más si los líderes de otras religiones del mundo, así como figuras del deporte, la música y las artes, siguieran el ejemplo del Papa, dando mensajes sencillos y claros en apoyo al amamantamiento. Por su parte, los políticos tienen un papel especial que desempeñar en el desarrollo de una legislación que restrinja la comercialización inadecuada de las fórmulas para lactantes, en proveer licencias por maternidad más largas y en proteger la lactancia materna en el lugar de trabajo.
Fuente :Clarin.com
POR CHESSA LUTTER ASESORA REGIONAL EN ALIMENTACION Y NUTRICION DE LA ORGANIZACION PANAMERICANA DE LA SALUD (OPS), OFICINA REGIONAL DE LA OMS PARA LAS AMERICAS

Bajo el lema “Lactancia materna, beneficios para toda la vida”, Liga de La Leche Argentina celebra del 1 al 7 de Agosto  la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2014.




El papa llama a las madres a dar el pecho a los niños en la Capilla Sixtina

Publicado: 12/01/2014
PAPA
El Papa Francisco ha bautizado este domingo –festividad del  bautismo de Jesús -  a 32 niños en la Capilla Sixtina durante una ceremonia caracterizada por su tono relajado en la que el pontífice ha incluso llamado a las madres para que den el pecho a sus hijos dentro del adoratorio.
"Si los niños tienen hambre, madres, dadles de comer sin pensarlo dos veces, porque son las personas más importantes que se encuentran aquí", declaró. A diferencia de sus predecesores en eventos de este tipo, Francisco evitó dar una larga homilía e improvisó un breve discurso sobre la infancia.
"Tenemos aquí un coro con nosotros, pero el coro más hermoso es el de los niños que hacen ruido. Algunos lloran porque no están cómodos, otros porque tienen hambre", dijo a los padres, a quienes pidió que no se sientan intimidados por los espectaculares frescos de Miguel Ángel.
El Papa ha recordado a los progenitores que tienen que trasmitir la fe a estos niños, porque esa es "la mejor herencia". "Estos niños son el anillo de una cadena. Ustedes traen a estos chicos para el bautizo, después de unos años, ellos traerán un hijo, o un sobrino a bautizar y ésta es la cadena de la fe", ha señalado.
El acto también ha contado con la novedad de que una de las parejas cuyo hijo ha sido bautizado no estaba casada por la Iglesia, sino por lo civil.

 









Las recomendaciones actuales son firmes en fomentar la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y en conjunto con la alimentación complementaria hasta los 2 años
Enviado por Intramed al Dr. Juan Carlo Amatucci; Médico y Periodista
Desde el anuncio de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que todos los bebés sean exclusivamente amamantados durante 26 semanas, existe debate acerca de si la recomendación es totalmente apropiada para todos los niños de países desarrollados. El debate está bien ilustrado por una revisión de Fewtrell y colaboradores y las cartas de respuesta publicadas en 2011.

Aunque no hay duda en cuanto a los beneficios nutricionales y emocionales de la lactancia materna, el quid del argumento es el beneficio de la lactancia materna exclusiva por 26 semanas. Uno de los lados (a favor de la lactancia materna exclusiva por 26 semanas) considera que la leche materna es nutricionalmente adecuada hasta los 6 meses, que la lactancia materna exclusiva protege contra una gran cantidad de enfermedades de la infancia y que estos beneficios se demuestran en países desarrollados y subdesarrollados. Este punto de vista es actualmente recomendado por la Academia Americana de Pediatría, la Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición, y el Departamento de Salud del Reino Unido. El otro aspecto de la cuestión es que si bien la lactancia materna exclusiva durante 26 semanas es sin duda la mejor recomendación para los niños en los países subdesarrollados, en los países desarrollados, donde el riesgo de infecciones gastrointestinales es reducido y las condiciones alérgicas se incrementan, el beneficio de la lactancia materna exclusiva por ese tiempo no es tan fuerte. Se pidieron trabajos en esta área, con la Academia Americana de Pediatría recomendando la introducción de sólidos entre los 4 y 6 meses para prevenir la alergia. La incapacidad de resolver el debate socava la autoridad de las recomendaciones actuales sobre alimentación infantil, lo que puede causar confusión en el personal de salud y en los padres por igual.

Para informar el debate, los autores analizaron la relación entre lactancia materna, alimentación complementaria, y desarrollo de alergia en un estudio de casos y controles anidado dentro de un estudio de cohortes en el que las madres mantuvieron diarios de alimentos prospectivos de cómo se alimentaron sus hijos en el primer año de vida. El diseño del estudio facilitó la recolección de datos precisos sobre la iniciación, duración y exclusividad de la lactancia materna, así como la introducción de alimentos sólidos.

Métodos

El estudio de Prevalencia de Alergia Alimentaria Infantil (PIFA, Prevalence of Infant Food Allergy) es una cohorte de nacimiento prospectiva de 1140 lactantes reclutados entre 2006 y 2008, y fue la cohorte del Reino Unido del proyecto EuroPrevall con tamaño del estudio y criterios de elegibilidad establecidos por el protocolo de ese estudio. Recibió la aprobación de los departamentos de investigación y desarrollo en el Hospital Royal Hampshire County, Hospital General Winchester y Southampton, y la aprobación ética fue concedida por el Comité de Ética de Investigación Local del Norte y Medio Hampshire y el Comité de Ética de Investigación Southampton y South West Hampshire (05/Q1703/34).

Los lactantes del estudio PIFA que habían sido diagnosticados con alergia a un alimento (de acuerdo con un desafío alimentario doble ciego controlado con placebo [DADCCP]) y sus 2 controles de edad fueron incluidos en un "estudio de casos y controles anidado dentro de una cohorte." Los controles comprendieron bebés con fecha de nacimiento más cercana a los casos índices y cuyos padres consintieron. Fueron evaluados utilizando el mismo cuestionario sintomático y examen físico para asegurarse que no mostraran signos de alergia a los alimentos.

Diseño del estudio
El estudio PIFA tiene un diseño de cohorte prospectivo longitudinal a partir del nacimiento. Las mujeres interesadas se reunieron con 1 de los becarios de investigación del estudio; se obtuvo el consentimiento informado, y se recolectó información de referencia sobre la historia socioeconómica, ambiental, y de alergia familiar. Las mujeres eran también invitadas a mantener diarios de alimentos de sus hijos desde el nacimiento hasta el año de edad. Las madres/cuidadores devolvían los diarios de alimentos al lugar del estudio en forma mensual. También se les envió a las madres una nueva hoja de síntomas cada 2 meses para facilitar la identificación de los lactantes sintomáticos, y se les pidió a los padres que se pongan en contacto con el equipo del estudio si pensaban que su hijo había desarrollado síntomas de enfermedad alérgica. A uno de los padres se le pidió que completara el cuestionario telefónico EuroPrevall cuando su niño alcanzaba los 12 meses y nuevamente a los 24 meses. Las hojas sintomáticas y los cuestionarios de los 12 y 24 meses también sirvieron para identificar a los bebés que pueden tener una alergia a los alimentos. El llenado prospectivo de los diarios de alimentos y las hojas de los síntomas reducen el potencial de sesgo experimental.

Diagnóstico de alergias a los alimentos
Se detectaron los posibles casos de alergia alimentaria vía telefónica, y los pacientes que cumplieron los criterios EuroPrevall para la evaluación fueron invitados para una visita sintomática, en la que se completó el cuestionario sintomático EuroPrevall, se realizó una exploración física, se completó la prueba de punción cutánea, y se tomó una muestra de sangre. Cualquier bebé con una historia clínica convincente de alergia a los alimentos, presencia de inmunoglobulina E sérica específica a un alérgeno alimentario común (≥0,35 kU/L), y/o un resultado positivo de la prueba cutánea (pápula ≥3mm) fue colocado en una dieta de exclusión de los alimentos sospechosos. Si los síntomas mejoraban, el niño concurría a Southampton Wellcome Trust Clinical Research Facility para un DADCCP. El criterio diagnóstico para la alergia alimentaria en este estudio para todos los bebés era un DADCCP positivo (que incluía reacciones retardadas hasta 48 horas después del desafío).

Datos de la ingesta dietética
En el reclutamiento, se les pidió a los padres que anotaran diariamente cualquier cosa que su hijo comiera o bebiera durante el primer año de vida en las hojas del diario de los alimentos diseñado para este fin, y fueron instruidos para completarlo. Los conjuntos de diarios (que consistían en cuatro páginas semanales) eran enviados cada 2 meses, pidiéndoles a los padres que devuelvan cada diario a la oficina del estudio una vez que estaba completo. Se proporcionaron sobres para envío gratuito para que los regresaran.

Para reducir la carga de completar el diario de alimentos, se les pidió a los padres que anotaran lo que el niño consumió, pero no las cantidades de alimentos recibidas. Luego de la recepción, los diarios se revisaron, y donde carecían de detalles adecuados (por ejemplo, el tipo de fórmula infantil administrada), los padres fueron contactados por teléfono para registrar estos datos. Se analizaron los datos de todos los diarios de la misma manera para determinar el tiempo de eventos específicos; por ejemplo, cuando se introducía por primera vez en la dieta una fórmula infantil o cualquier alimento sólido/semisólido y la edad en la que se detenía la lactancia materna. En el presente artículo, "lactancia materna exclusiva" se define como un bebé que recibe sólo leche materna, agua o gotas de vitaminas/minerales. "La introducción de alimentos sólidos" se refiere al momento en que los bebés reciben por primera vez alimentos sólidos/semisólidos.

Análisis estadístico

Se realizó un análisis descriptivo de las características iniciales (obtenidas mediante el cuestionario estándar administrado en el reclutamiento), cualquier síntoma de salud y clínico (obtenido mediante el uso de un cuestionario sintomático y examen físico), y los datos de la ingesta alimentaria (obtenido mediante el análisis del diario de los alimentos) para los recién nacidos involucrados en el estudio con el programa SPSS versión 17 (IBM SPSS Statistics, IBM Corporation, Armonk, NY). Las variables continuas se describen en términos de medias y desviaciones estándar o medianas y rangos dependiendo de su distribución. Las variables categóricas se describen en términos de números y porcentajes. Se utilizó estadística descriptiva, pruebas de X2, y pruebas Mann-Whitney U en todos los datos disponibles de la ingesta alimentaria. Se utilizó el análisis de supervivencia de Kaplan-Meier para establecer los detalles adicionales sobre duración de la lactancia. El tamaño de la muestra del estudio tenía suficiente poder para detectar una odds ratio ≥0,48 con un 80% de poder y un nivel de significancia de 0,05. Esto equivale a los infantes que llegaron a desarrollar alergia alimentaria que recibieron alimentos sólidos 2 semanas antes que los niños que no desarrollaron una alergia alimentaria.
Finalmente, se llevó a cabo un análisis utilizando un modelo logístico multivariable. Este análisis incluyó variables que los análisis previos habían identificado como significativamente diferentes entre los grupos de estudio y también factores que son considerados como asociados con el desarrollo de alergias.

Resultados

Participantes
Los bebés eran participantes del estudio PIFA (N=1140) que, o bien habían sido diagnosticados con una alergia a los alimentos de acuerdo al DADCCP (n=41) o eran sus controles pareados por edad (n=82). Los niños del estudio (N=123) nacieron entre enero de 2006 y octubre de 2007. La edad materna promedio fue de 33 años (rango: 19-43 años), y la mediana de peso infantil fue de 3420g (rango: 2160 a 5060g). Las características demográficas de la población principal del estudio PIFA (N=1140) difieren de las de la comunidad de la que fue reclutada porque tenía una gran proporción de madres de mayor edad, bien educadas. Sin embargo, los niños en los 2 grupos experimentales de este estudio (N=123) no difirieron significativamente entre sí en las mediciones demográficas o ambientales. La mediana de edad al inicio de los síntomas de alergia alimentaria fue de 24 semanas (rango: 0-64 semanas). La mediana de edad a DADCCP fue de 56 semanas. La comida causante más común fue el huevo de gallina (22 niños), seguido de cerca por la leche de vaca (20 niños). Doce bebés eran alérgicos a más de 1 alimento. Los bebés mostraron diferentes síntomas, con algunos niños con más de 1 síntoma. El síntoma más frecuente fue el eccema diagnosticado por el médico (12 niños), siendo los vómitos el segundo más común (11 niños). Ningún niño que era alérgico a los huevos experimentó síntomas antes de consumir huevo, sin embargo, 1 niño alérgico al maní experimentó síntomas cutáneos después del contacto con el alérgeno antes del consumo de maní.

Lactancia materna
El noventa y cinco por ciento de todas las madres incluidas en el estudio iniciaron la lactancia materna, con una duración media de 20 semanas (rango: 0-64 semanas). La mediana de duración de la lactancia materna exclusiva fue de 8 semanas (rango: 1-26 semanas), con el 50% de las madres que siguen amamantando exclusivamente a las 9 semanas. No hubo diferencia estadísticamente significativa entre el inicio de la lactancia materna, la duración, o la duración de la lactancia materna exclusiva entre los lactantes sintomáticos y los controles. La exclusividad se perdió por la fórmula de leche infantil en el 78% de los niños, con sólo 2 bebés que perdieron la exclusividad debido a un tipo diferente de fórmula (con predominio de caseína y fórmula ampliamente hidrolizada). La segunda forma más común en que los bebés pierden la lactancia materna exclusiva es por el arroz que se introduce en la dieta (bajo la forma de "arroz para bebés").

El análisis de Kaplan -Meier indica cómo la naturaleza de la lactancia fue diferente entre los 2 grupos de estudio. Esta diferencia no fue significativa (prueba generalizada Wilcoxon [Breslow], P= 0,335).

Alimentación simultánea con proteína de leche de vaca y leche materna

No hubo diferencia estadísticamente significativa entre los grupos en cuanto a la edad en que se introdujo la leche de vaca (en cualquier forma) en la dieta. Sin embargo, entre los bebés que recibieron leche tanto de vaca en cualquier forma y leche materna (n=27, en el grupo de alergia; n=72, en el grupo control), la duración de la alimentación simultánea fue de 5,5 semanas en el grupo de alergia frente a 9 semanas en el grupo control (P=0,047). Para investigar si la duración de la superposición era importante, se recodificaron las variables para proporcionar una variable categórica "lactancia simultánea". Una vez más, hubo una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos para la alimentación simultánea con leche de vaca en cualquier forma y leche materna (p=0,015), lo que sugiere que cualquier alimentación simultánea es beneficiosa. Debido a que el tiempo de la superposición puede ser importante, se realizó un análisis post hoc para comparar si las edades en que ocurrió la lactancia materna concurrente difiere entre los 2 grupos, y no se encontró diferencia significativa (prueba U de Mann-Whitney, p=0,300).

Hubo un número insuficiente de bebés que comenzaron alimentos distintos de la leche de vaca, mientras se alimentaban con leche materna para explorar si este factor afectó el desarrollo de la alergia alimentaria.

Introducción de los alimentos sólidos

La media de edad de introducción de cualquier sólido fue de 20,3 semanas. La comida con la mediana más precoz de introducción fue el arroz a las 20 semanas (dada predominantemente como "arroz para bebés"), con zanahorias introducidas a una edad mediana de 21 semanas y las manzanas y las bananas en una mediana de edad de 22 semanas. La comida que se incorporaba más comúnmente antes de las 17 semanas fue el arroz (20 niños). Los otros alimentos comunes introducidos antes de las 17 semanas eran manzanas, bananas y peras (11, 8 y 8 niños, respectivamente). La primera proteína de la leche de vaca tomada como un ingrediente era más probable que sea de yogur o queso. Los sólidos se incorporaron significativamente más temprano en los lactantes con alergia a alimentos en comparación con los lactantes control (P=0,044), al igual que la leche de vaca como ingrediente (P=0,049) y el maní (P=0,037). Los lactantes de control introdujeron los sólidos primero, pero entre las 12 y 16 semanas, 15 % de los niños con alergia a alimentos introdujeron los sólidos en comparación con sólo el 9 % de los niños del grupo control. Se llevó a cabo un análisis post hoc que estratificó el momento de la introducción de alimentos complementarios en 2 grupos: introducción antes y que incluye 16 semanas de edad y la introducción a partir de ≥17 semanas. Significativamente más niños con alergia alimentaria incorporaron los alimentos complementarios ≤16 semanas que los niños control (35% vs 14%, p=0,011).

Modelo logístico multivariable
El modelo incluyó la edad de incorporación de sólidos, la lactancia materna concurrente, y la leche de vaca en cualquier forma, que eran las variables que los análisis anteriores habían identificado como significativamente diferentes entre los grupos de estudio. La edad de la incorporación de sólidos cambió a una variable categórica, porque el resultado de los análisis post hoc reveló que la incorporación de sólidos antes de las 17 semanas se asoció fuertemente con el desarrollo de alergia alimentaria. También fue recodificada la variable lactancia materna concurrente y leche de vaca en una variable categórica porque el análisis anterior mostró que cualquier tipo de lactancia materna simultánea parecía ser beneficiosa. La leche de vaca como un ingrediente no se incluyó en el modelo debido a la multicolinealidad, y la edad de consumo del primer maní no fue incluida debido a la causa inversa. También se incluyeron en este modelo los factores considerados como asociados con el desarrollo de alergias (asma materna, alergia, educación, edad, tenencia de mascotas, género del niño y nacimiento único). No se incluyó el tabaquismo materno en el modelo porque la proporción de madres fumadoras fue baja para todos los niños (3,3%) y no fue significativamente diferente entre los grupos.

Este análisis encontró que la asociación entre la introducción de sólidos más allá de las 17 semanas y la lactancia materna simultánea con la introducción de la leche de vaca y el desarrollo de alergias permanecían una vez que se controlaron los efectos de otras potenciales variables de confusión (odds ratio: 0,292 [intervalo de confianza 95%: 0,099-0,859]; odds ratio: 0,279 [intervalo de confianza 95%: 0,80-0,971], respectivamente [datos no mostrados]). Sin embargo, debido a que un modelo con 10 variables puede ser demasiado para un tamaño de muestra de 123, el modelo se ha reducido mediante la eliminación de las variables que tuvieron un efecto pequeño (odds ratio entre 0,80 y 1,25). Los resultados fueron similares cuando el análisis fue estratificado de acuerdo al asma materna y la alergia materna (datos no mostrados).

Discusión

En este estudio de casos y controles anidados, se encontró que la introducción temprana de sólidos se asoció con el desarrollo de alergia alimentaria. Los bebés con alergia a los alimentos eran mucho más propensos a haber introducido sólidos entre las 12 y las 16 semanas que los lactantes de control.

La introducción tardía de los sólidos en la dieta del lactante (en especial de los alimentos alergénicos) en el pasado ha sido propugnada para la prevención de la alergia, pero ha llevado a resultados decepcionantes en los ensayos clínicos. Un número de estudios de cohorte de nacimiento no demostró ningún beneficio en el resultado de la alergia al retrasar la introducción de sólidos, y 2 encontraron una asociación entre la introducción tardía de leche y huevo y un aumento de la incidencia del eccema y sensibilización atópica. Sin embargo, estos estudios no indicaron una edad mínima en la que los sólidos no deberían incorporarse en la dieta para evitar alergias. Los hallazgos de los autores, por el contrario, sugieren que las 17 semanas es un momento crucial, ya que la introducción de alimentos sólidos antes de este tiempo parecería que promueve la enfermedad alérgica, mientras que la introducción de alimentos sólidos después de ese momento parece promover la tolerancia.

Este hallazgo implica que el mecanismo, que actúa después de las 17 semanas de edad, es un mecanismo inmunológico tolerogénico no específicamente alérgico porque los datos de los diarios de alimentos mostraron que los alimentos introducidos en este momento eran principalmente frutas y hortalizas, que no se consideran alergénicas. Pueden estar implicados mecanismos epigenéticos o inmunológicos porque los alimentos que se introducen durante este tiempo entregan los sustratos requeridos para la inducción de tales procesos. Se ha demostrado que las frutas y los vegetales modifican las respuestas inmunes en niños mayores, con el mecanismo propuesto debido a su acción antioxidante sobre los procesos inflamatorios y las células Treg o su acción sobre la microflora intestinal.

Además, los autores demostraron un efecto protector sobre el desarrollo de alergia alimentaria cuando la proteína de la leche de vaca, en cualquier forma, se le dio en la dieta del niño al mismo tiempo que la leche materna. Uno de los beneficios percibidos de la lactancia materna es la reducción del riesgo de alergia debido a la presencia de un número de factores inmunomoduladores en la leche materna. Sin embargo, la evidencia de que la lactancia materna previene las alergias es contradictoria, con algunas revisiones que muestran un beneficio, mientras que otras no lo hicieron. Estos hallazgos pueden deberse a variaciones en la composición de la leche materna, las diferencias en la dieta materna, diferencias en las prácticas específicas de alimentación infantil, o a la falta de precisión en la forma en que se midió la alimentación infantil. Sin embargo, otra explicación es que el papel inmunomodulador de la leche materna es sólo aparente cuando el sistema inmune está expuesto a un antígeno al mismo tiempo que la leche materna (el efecto "superposición"). Se cree que la leche materna desempeñan un importante papel en el desarrollo de la tolerancia oral debido a que hay un número de factores inmunológicos en la leche materna, particularmente factor de crecimiento transformante-β, que tiene una asociación positiva con el niño sibilante; la interleucina-12, que promueve Th- 1 citoquinas, y CD14 soluble, cuyos niveles en la leche materna demostraron que se asocian negativamente con eccema a los 6 meses. En el estudio actual, puede ocurrir que inmunoglobulinas alérgeno específicas en la leche de la madre estén promoviendo mecanismos tolerogénicos, y esta teoría es apoyada por el hecho de que no se vio ningún beneficio de solapamiento con "cualquier alimento." No fue posible determinar si existe una asociación similar para otros alimentos alergénicos porque había insuficiente número de niños que consumían estos alimentos sin dejar de ser amamantados. Este resultado se produjo porque trigo, huevo, pescado, y el resto de los alimentos alergénicos se introducen generalmente después de 26 semanas de edad, y el 66 % de las madres del estudio habían dejado de amamantar en ese momento.

El inicio de la lactancia y la duración se incrementaron en las últimas décadas, al igual que la edad media a la que los sólidos, en particular los alergénicos, son introducidos en la dieta del niño. Ambos cambios se deben a la modificación de las recomendaciones la alimentación del lactante. El resultado neto de estos cambios puede ser que el tiempo que los lactantes reciben sólidos sin dejar de ser amamantados (es decir, el período de superposición) se redujo. En consecuencia, las recomendaciones de alimentación infantil para toda la población y específicas para la alergia pueden haber tenido un papel en el aumento de los tasas de alergias alimentarias. Varios países y organismos especializados ahora reconocen esta posibilidad y modificaron sus recomendaciones sobre alimentación infantil para incorporar el papel potencial de la alimentación materna concurrente en el desarrollo de alergia a los alimentos; otros organismos profesionales pidieron más investigación sobre este tópico. Los hallazgos del estudio actual añaden soporte para el posible efecto protector de la lactancia materna en el desarrollo concurrente de alergia y añaden datos adicionales para la discusión actual que se centra en el beneficio de la lactancia materna exclusiva (al menos hasta las 17 semanas de edad).

La principal fortaleza de este estudio es su diseño. Los datos de alimentación infantil fueron recopilados prospectivamente desde el nacimiento antes de que los síntomas de la alergia a los alimentos se desarrollaran en todos menos en 3 de los niños con alergia alimentaria; por lo que se minimiza la probabilidad de sesgo resultante de un diagnóstico de alergia o por errores de recuerdo. Además, los niños fueron diagnosticados con alergia alimentaria mediante el uso de un DADCCP, considerada el estándar de oro del diagnóstico de alergia alimentaria. Sin embargo, debido a la naturaleza prospectiva de los diarios, la "causalidad inversa" en los datos no se puede descartar, pero los primeros síntomas de alergia a los alimentos probablemente daría lugar a la lactancia materna prolongada y a la introducción tardía de alimentos sólidos/alergénicos, que no era visto a excepción de las nueces y el maní. Esta acción se produjo porque los padres de niños alérgicos eran más felices al incorporar estos alimentos debido a los resultados de pruebas cutáneas, que los niños control no tenían. En consecuencia, es apropiado considerar que los hallazgos de este estudio reflejan una posible relación causal con el desarrollo de la alergia alimentaria. Una debilidad del estudio es que las características demográficas de la población de estudio diferían de las características demográficas de la comunidad de la que fue reclutado. Sin embargo, los niños en los 2 grupos experimentales de este estudio (N=123) no difirieron significativamente entre sí para cualquier medición demográfica o ambiental, aunque debido al bajo poder estadístico (51% para el asma y 43% para alergia materna), el análisis puede no haber sido capaz de identificar asociaciones débiles. 

Conclusiones


Este estudio apoya las recomendaciones actuales de prevención de la alergia de que los sólidos no deben ser incorporados antes de las 17 semanas de edad y las recomendaciones generales de alimentación de que la lactancia materna debe continuar mientras se incorporan los sólidos en la dieta y más allá. Estas directrices están en consonancia con la recomendación de la OMS para continuar con la lactancia materna junto con los alimentos sólidos hasta los 2 años de edad. Sin embargo, no proporciona evidencia sobre la relación entre la lactancia materna exclusiva a las 26 semanas de edad (en comparación con las 17 semanas) y el desarrollo de alergia, debido a que un insuficiente número de mujeres en el estudio fueron capaces de amamantar exclusivamente durante tanto tiempo. Esta situación está reflejada en los datos de la población general, que muestran que en 2010, sólo el 12% de las mujeres del Reino Unido logró amamantar exclusivamente a las 17 semanas. Las tasas de lactancia materna exclusiva en los Estados Unidos parece ser más alta, con un 46% de las mujeres estadounidenses que tuvieron lactancia materna exclusiva durante 3 meses, pero este valor aún está lejos de la recomendación de la OMS. Una de las razones para los bajos niveles de lactancia materna exclusiva puede ser que las recomendaciones parecen ofrecer consejos conflictivos.

Aunque los autores esperan que se lleven a cabo más investigaciones para determinar la duración óptima de la lactancia materna exclusiva para el mejor resultado de salud en general de todos los niños, los profesionales de la salud pueden aconsejar en forma consistente la lactancia materna exclusiva durante el mayor tiempo posible, seguida de lactancia materna continua junto a la incorporación de la alimentación complementaria maximizando la duración de la lactancia materna y la introducción simultánea de los alimentos sólidos.

Comentario:
 Las recomendaciones actuales son firmes en fomentar la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y en conjunto con la alimentación complementaria hasta los 2 años. El presente estudio se centra en la importancia de la introducción de los sólidos a partir de las 17 semanas de vida y en conjunto con la lactancia materna para disminuir las alergias alimentarias. Serán necesarios más estudios en diferentes poblaciones infantiles para corroborar estos hallazgos y determinar recomendaciones generales sobre alergia alimentaria.

♦ Resumen y comentario objetivo: Dra. Alejandra Coarasa








  • La lactancia materna reduce el riesgo de asma
  • Indagación en internet; Dr. J.C.Amatucci; Alergólogo y Periodista

La alimentación a pecho durante los primeros meses de vida se asocia con menor riesgo de desarrollo de asma en la niñez. [Journal of Pediatrics]   Petab Tiqva, Israel - La prevalencia y gravedad de la patología asmática ha aumentado en muchos países en las últimas décadas, señalan los autores.

La susceptibilidad para desarrollar asma puede estar influida por situaciones presentes en etapas precoces. Se sabe que la historia familiar de asma y otras manifestaciones de atopía así como el sexo masculino, bajo peso al nacer, nacimiento pretérmino y tabaquismo en los padres son algunos de los factores que intervienen en el desarrollo de asma en el infante. Sin embargo, el impacto de la lactancia materna (LM), como forma exclusiva de alimentación, aún se discute la inadecuada metodología de los trabajos epidemiológicos realizados contribuyó con la falta de información categórica. En 1994, sobre la base de los resultados de varios estudios y revisiones, un Panel de Expertos de Canadá concluyó afirmando que la LM (en combinación con restricción dietética en la madre) podía reducir la incidencia de asma en infantes con historia familiar de atopía. No obstante; no parecía alterar el desarrollo de enfermedades alérgicas en la población general.
Sin embargo, señalan los autores, un estudio reciente y una revisión al respecto indicaron que la LM se asociaba con un índice de riesgo de 0.8 en niños que eran alimentados en esta forma, al menos, durante los primeros 3 meses de vida. Con la finalidad de establecer la verdadera contribución de la LM en el desarrollo de patología atópica en la niñez, los expertos publican los resultados de una revisión sistemática con meta-análisis de estudios prospectivos.
La búsqueda en MEDLINE, entre enero de 1966 y diciembre de 1999, identificó 2.041 artículos, 177 de los cuales fueron preseleccionados para el análisis. Los criterios de inclusión se basaron en los estándares desarrollados por Kramer. Así, fueron seleccionados los estudios que consideraron LM durante por lo menos 3 meses y los que definían estrictamente la presencia de asma. El análisis final se limitó a trabajos prospectivos en infantes de término.
La muestra final comprendió 12 investigaciones prospectivas realizadas sobre 8.183 sujetos. El tiempo promedio de seguimiento fue de 4.1 años. El índice de concordancia entre los dos investigadores independientes fue de 0.77. El sexo, historia familiar de asma u otras enfermedades alérgicas, tabaquismo en los padres, estado socioeconómico y presencia de mascotas en el hogar fueron los factores de confusión controlados.
En el análisis primario, los datos se estratificaron según la duración del seguimiento. El índice de riesgo fue de 0.47 en los 5 estudios con menos de 2 años de seguimiento y de 0.72 en 12 artículos con dos o más años de seguimiento. Debido a que se considera que la LM ejerce un efecto protector sobre el desarrollo de infecciones en el tracto respiratorio, el análisis posterior se limitó a los estudios de mayor tiempo de seguimiento.
En la población global, el índice de riesgo fue de 0.70. A su vez, los autores comprobaron que el efecto protector fue más significativo aún en infantes con historia familiar positiva: índice de riesgo, 0.52. Cuando el análisis se limitó a niños sin historia familiar, el índice de riesgo fue de 0.99. Las pruebas de heterogeneidad indicaron disparidad no significativa. Asimismo, el análisis de sensibilidad reveló que ningún estudio en particular era una fuente importante de heterogeneidad. En otras palabras, la exclusión de ningún estudio modificó sustancialmente el valor de p.
La idea de que la LM podría ser beneficiosa en relación con el desarrollo posterior de atopía surgió en 1936. En ese tiempo Grulle y Sanford observaron que la incidencia de  eccema atópico infantil era significativamente más alta en infantes sin LM o con LM parcial. En el trabajo, los autores confirman el efecto protector de la LM, especialmente en infantes con historia familiar de atopía. Según ellos, la inclusión exclusiva de trabajos prospectivos permitió eliminar una fuente importante de error y sesgo. Asimismo, la adopción de criterios estandarizados para la selección de los trabajos brindó más fuerza aún a las observaciones. Sin embargo, no pudo controlarse la decisión personal de amamantar o no que puede basarse, entre otras cuestiones, en el conocimiento previo de asma o alergia en la familia y por la percepción del beneficio asociado con la LM, señalan los investigadores.
Los criterios imprecisos en el diagnóstico de asma y sibilancias en uso de los factores que más pudo haber contribuido a error, independientemente del tipo de alimentación. Otro factor, imposible de controlar, fue la alimentación con suplementos de leche durante la permanencia en el hospital. Sin embargo, Gustafsson y colaboradores no encontraron diferencia alguna en la incidencia de atopía entre niños alimentados exclusivamente con LM y aquellos que recibieron suplementos durante los primeros 8 días de vida.
El efecto protector puede atribuirse a mecanismos diversos. La leche materna es una fuente importante de factores inmunomoduladores que influyen directamente en el desarrollo de la inmunidad del niño. Además, limita la exposición del infante a otros antígenos externos, lo cual reduce el riesgo de sensibilización. Otros factores de contribución podrían ser la protección frente a infecciones y la participación de componentes de la leche materna en la maduración del tracto gastrointestinal. Nota de Webmaster : Es la razón por la cual CELCEA desde 1980 recomienda   amamantar  en exclusividad y a demanda  hasta completar el 7º mes de vida.
En conclusión, el hallazgo más importante del estudio, dicen los autores, fue el sustancial efecto protector que ejerció la LM sobre el desarrollo de asma, especialmente en infantes con historia familiar de la patología. El impacto fue, en cambio menos notorio en niños sin antecedentes familiares, concluyen los especialistas.






Fuente: http://www.proyecto-salud.com.ar

Además de potenciar el vínculo entre la madre y el hijo, la lactancia materna otorga múltiples ventajas para el bebé, las puérperas y el entorno familiar. Dada su importancia y sus numerosos beneficios es que la Semana Mundial de la Lactancia Materna promueve el derecho de las mujeres y sus hijos a compartir una lactancia natural. Se celebra en más de 120 países.
La leche humana brinda al lactante los requerimientos nutricionales e inmunológicos necesarios para un crecimiento y desarrollo sano. Desde las primeras horas del nacimiento e incluso antes de que la madre abandone la sala de parto, se recomienda que el bebé comience a amantar para aprovechar la primera leche (calostro) producida por la madre las primeras 24 a 48 horas.
Además de brindar proteínas, vitaminas y minerales, la leche materna contiene anticuerpos que protegen al niño de alergias, enfermedades de la piel, desnutrición, obesidad, diabetes juvenil y deficiencia de micronutrientes. Por tal motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia natural exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Pasado este tiempo, aconseja incorporar otros alimentos a la dieta y mantener la lactancia en forma parcial hasta cumplir los 2 años de edad.
Del mismo modo, el período de amamantamiento otorga ventajas a la puérpera ya que favorece la disminución del sangrado posparto y provoca amenorrea (ausencia de menstruación) lo que a su vez constituye un método natural de control de natalidad que resulta efectivo siempre y cuando el bebé reciba la leche materna como alimento exclusivo, no hayan pasado más de 6 meses desde el parto y la madre se encuentre en etapa de ausencia total del sangrado.
Por otro lado, la lactancia materna disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario, reduce las probabilidades de padecer diabetes tipo II y protege contra la coronariopatía en la mujer. Además de disminuir los riesgos de contraer enfermedades tanto en los niños como en la mamá, la lactancia materna representa un ahorro económico porque evita el consumo de leches maternizadas sin dejar de lado el ambiente de integración y amor que propicia en el entorno familiar.
- Lactancia materna y trabajo
La realidad actual de la mujer impide muchas veces la continuidad del amamantamiento una vez que se reincorpora a la actividad laboral. En este contexto, resulta importante enfatizar que actualmente la madre cuenta con diversidad de opciones que facilitan el seguimiento de la lactancia.
Según la Ley de Contrato de Trabajo 20.744, la madre, una vez reincorporada a la actividad laboral, dispone de dos descansos de media hora para amamantar a su hijo en el transcurso de la jornada de trabajo por un período que no supere el año posterior a la fecha de nacimiento.
Por otro lado, la madre puede optar por la extracción y conservación de su leche. En este caso, se recomienda una planificación de 3 a 4 semanas antes a la incorporación laboral para tener tiempo de extraer su leche y conservarla adecuadamente. La extracción de leche puede hacerse a mano o con ayuda de un sacaleches y en el momento en que a la madre le resulte más cómodo; lo importante es que este período no genere ningún tipo de angustia o estrés. Para comenzar, se aconseja dar masajes circulares con las yemas de los dedos para ablandar la zona y posteriormente continuar con el proceso de extracción manual o artificial en el caso de que se requiera sacaleches eléctricos o manuales.
La leche materna puede mantenerse de 6 a 8 horas a temperatura ambiente. Para conservarla, debe guardarse en envases estériles en la heladera por 24 horas. En el congelador, la leche materna se conservará por 14 días y si es freezer puede durar hasta 3 meses, lo importante es rotular los envases con la fecha de la extracción para utilizar las reservas en orden cronológico. Al momento de descongelar, no se recomienda el uso de microondas o fuego directo, sino colocar el envase bajo agua fría.
Más allá de las técnicas, es imprescindible la ayuda y el soporte del entorno familiar durante este período tan importante.
- Recomendaciones

- Que la leche materna sea el alimento exclusivo hasta los 6 meses (CELCEA desde 1980, recomienda 7 meses en exclusiuvidad )
- Amamantar con frecuencia y a libre demanda del bebé ( Ad libitum ) , ocho o más veces al día
- Evitar estrógenos, diuréticos, nicotina, alcohol, cansancio, estrés, mamaderas o chupetes, porque inhiben la producción de leche
- Atender el reclamo del bebé no es malcriarlo. Los bebés atendidos de inmediato son menos dependientes y más seguros de grandes
- No intente hacer dietas para adelgazar en los primeros seis meses. Los kilogramos de más le servirán para producir leche
- Las mamás que deben trabajar pueden guardar su leche unos días antes y almacenarla en el freezer (hasta 6 meses) o en la heladera (dos días)
- Actividades gratuitas organizadas por FUNDALAM (Fundación Lactancia y Maternidad)





  • SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA 2013
Durante la primera semana de agosto se celebra en todo el mundo la Semana Mundial de la Lactancia Materna, coordinada por WABA, la Alianza Mundial pro amamantamiento, para que cada vez más madres y niños puedan vivir una lactancia plena.
Bajo el lema: “Apoyo a las madres que amamantan, ¡cercano, continuo y oportuno!”
se propone reforzar la importancia vital que tiene el apoyo de madre a madre en el establecimiento y sostenimiento de la lactancia materna. Diversos estudios demuestran que este tipo de apoyo representa un recurso altamente efectivo para incrementar las tasas de lactancia.
La mayoría de las mujeres que no amamantan, no lo hacen porque lo hayan decidido previa y conscientemente, sino como consecuencia de no haber recibido apoyo e información suficiente cuando lo necesitaron.
Durante los primeros tiempos, si hay dificultades y no hay respuestas y sostén inmediatos, existe un gran riesgo de que las madres abandonen el amamantamiento.
Otra etapa crítica es la vuelta al trabajo, durante la cual las madres necesitan todo el apoyo de su entorno para poder continuar amamantando.
Los objetivos de la SMLM 2013 se resumen en los siguientes puntos:
*Crear conciencia sobre la importancia de la consejería de pares (apoyo de madre a madre)  en el comienzo y en el proceso de la lactancia.
*Informar al público sobre los altos beneficios de este tipo de apoyo y unir esfuerzos para fomentar programas que lo incluyan.
*Animar a quienes apoyan la lactancia materna, cualquiera sea su profesión, a capacitarse en temas de lactancia para poder ofrecer apoyo efectivo a las madres y sus bebés.
*Identificar espacios de apoyo comunitario al que puedan acudir las mamás.
*Hacer un llamado a los gobiernos y centros de salud para que cumplan con los “10 pasos para una lactancia materna exitosa” (Declaración OMS-UNICEF 1989), en especial el paso 10: “Promover la creación de los grupos de apoyo a la lactancia materna y remitir a las madres a los mismos”, para mejorar la duración y las tasas de lactancia materna exclusiva.

Liga de La Leche Argentina participa activamente apoyando a las madres a través de una extensa red de Grupos de Apoyo que funcionan en muchas ciudades del país.
Los Grupos de Apoyo de la Liga de La Leche son espacios de información y sostén afectivo para las mujeres lactantes, que se reúnen periódicamente en hogares, hospitales y espacios comunitarios, coordinado ad honorem por una voluntaria con experiencia en lactancia materna, capacitada para esa tarea. También respondemos consultas por teléfono y vía correo electrónico.
Liga de La Leche Argentina 
información y apoyo en lactancia materna
Difusión : Cecilia Karplus < ceciliakarplus@gmail.com >

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  • Diagnóstico por Imágenes en la lactancia
Enviado por Asteriscos News al Periodista Dr. J.C.Amatucci
.A lo largo de toda la etapa de lactancia materna, es posible que la madre necesite someterse a alguna prueba diagnóstica como tomografía, resonancia magnética o radiografía convencional. En algunos casos y de acuerdo a patología en estudio, será necesario el uso de contraste oral o endovenoso.

“Hoy, y gracias a los avances en el diagnóstico por imágenes, las madres pueden someterse a estas pruebas ya que el riesgo para el lactante es tan ínfimo que teniendo en cuenta el costo beneficio, no se aconseja dejar de amamantar y se puede retomar la lactancia desde el primer momento después de la prueba”, sostiene el Dr. Juan Mazzuco, Director Médico de Argus Diagnóstico Médico.

En el caso de la tomografía, sólo una pequeñísima parte del yodo pasa a la leche materna y además durante muy poco tiempo, ya que el contraste se elimina pronto del organismo, no se metaboliza y además es inerte.

Si nos referimos a la Resonancia magnética, el contraste más utilizado es el gadolinio, totalmente compatible con la lactancia materna. La resonancia como tal no tiene ningún riesgo para el lactante. Durante las pocas horas que estos contrastes están presentes en la leche materna, puede existir algún cambio en el sabor que se asocie a rechazo por parte del bebe.

En tal circunstancia puede interrumpirse la lactancia por 12-24 hs y retomarla posteriormente. Para las madres muy preocupadas por esta circunstancia es posible anticiparse y obtener previamente un stock con un saca leche.

Con respecto a los rayos x usados para las radiografías comunes, a diferencia de lo que se pensaba, tampoco existe ningún riesgo para la madre lactante ni para el bebé, ya que estos no se quedan en el cuerpo de la madre, simplemente la traspasan y por tanto no se acumularán de ninguna forma en las mamas, por lo que también son compatibles otras pruebas como las mamografías en caso de ser necesarias durante el periodo de lactancia.

Sólo en el caso de ciertos contrastes que contienen isótopos radioactivos para los estudios centellográficos, algunos profesionales aconsejan, ante la falta de casos y conocimiento sobre cómo pueden actuar sobre el bebé, que se posponga la lactancia y se descarte esa leche en un periodo de tiempo que puede variar desde las 6 horas hasta varias semanas dependiendo del contraste que usen.



  • La lactancia materna aumenta el nivel intelectual del niño

Fuente : ElMundo.es   

Enviado por Diario Salud News al Periodista Dr . J.C.Amatucci
No tiene ni una sola contraindicación. Al contrario, la lactancia materna está asociada a una lista cada vez más larga de beneficios. El más reciente está relacionado con el coeficiente intelectual. Según un estudio que acaba de publicar la revista 'JAMA Pediatrics', los bebés que han sido alimentados de forma prolongada con el pecho de sus madres muestran un desarrollo cognitivo más avanzado.


Numerosos estudios han demostrado que este "alimento ideal" (así definido por la Organización Mundial de la Salud -OMS-) reduce el riesgo de padecer (o sufrir en cuadro agudo) otitis, diarreas, neumonías o infecciones de orina. A largo plazo, la lactancia materna también se asocia a menos probabilidades de alergias y diabetes. Algunos trabajos ya apuntaban a un desarrollo cognitivo más destacado, sin embargo "estos ensayos tenían algunas limitaciones", explican los autores de esta investigación, del Hospital infantil de Boston (EEUU).

Para empezar, clasificaban a los bebés entre aquellos que alguna vez habían tomado pecho y los que nunca lo habían hecho. "No tenían en cuenta a los recién nacidos que amamantaban de forma exclusiva ni si lo hacían durante dos o seis meses", señala Mandy Belfort, principal autor del artículo.

Con el objetivo de 'salvar' estos problemas, Belfort y su equipo examinaron el efecto que podía tener la duración y la exclusividad de la lactancia materna de 1.312 mujeres en el desarrollo cognitivo de sus pequeños hasta los siete años de edad. A lo largo de todo este tiempo, los investigadores observaron que los niños que se habían alimentado con pecho de forma prolongada (seis meses como recomienda la OMS), a los tres años mostraban un nivel más alto de inteligencia verbal-lingüística y a los siete, su nivel de coeficiente intelectual también era superior que el de los menores que no habían tomado pecho. Sin embargo, "no vimos relación con la memoria o la capacidad de aprendizaje".

De alguna manera, subraya el autor del editorial que acompaña al estudio, Dimitri Christakis, del Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Seattle (EEUU), "la lactancia materna durante el primer año de vida podría incrementar la inteligencia del niño hasta cuatro puntos".

Estos resultados demuestran, "por primera vez, una relación causal entre la lactancia materna durante el primer año del bebé y el desarrollo de la inteligencia en los años siguientes", concluyen los autores del estudio. Por primera vez, argumentan, porque hasta ahora, los ensayos que analizaban esta asociación no tenían en cuenta otros muchos factores que influyen en la inteligencia humana, como los socioeconómicos, el ambiente en casa o la propia inteligencia de la madre.

Como señala Maite Hernández, pediatra y coordinadora de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), se sabe que el nivel de estudios de la madre está relacionado con el inicio y el mantenimiento de la lactancia. Según un reciente estudio difundido por la revista española 'Anales de Pediatría', "las mujeres universitarias son las que más alimentan con pecho a sus hijos".

Después de tener en cuenta este tipo de factores (incluyendo la dieta de la madre en la etapa de lactancia -la introducción del pescado también está relacionada con el coeficiente intelectual del bebé-), Belfort y sus colegas determinaron una clara influencia del pecho en el desarrollo cognitivo de los pequeños. Es decir, aclara Hernández al comentar este trabajo, "los cuatro puntos de diferencia se deben sólo a la leche materna".

Dados los resultados, añaden, apoyan la recomendación nacional e internacional que promueve la lactancia exclusiva durante los seis primeros meses. Si esto es así, apunta la pediatra española, la lactancia materna tendría la capacidad de potenciar la inteligencia de la población de generación tras generación. 



  • Ablactación . ¿ Huevo antes del año de edad? 


Por Hugo García; Médico pediatra .Argentina  

Enviado por la Red-SLAAI al Dr J.C.Amatucci; Alergólogo y Periodista


Como pediatra clínico, después de más de 40 años de atender muchísimos niños,  creo que les puedo decir que hay infinidad de técnicas para alimentarlos, por supuesto que hoy ya nadie duda que la lactancia tiene que ser lo más prolongada posible, pero todos sabemos que es cada vez más difícil conseguir que las madres amamanten a sus hijos por mucho más de 3 o 4 meses y muchísimas ni llegan a eso.

La gran diferencia es que hoy existe plena conciencia de que lo correcto es la alimentacion natural y que si ésta no es posible, como un mal menor aceptamos la alimentacion artificial con fórmulas tremendamente elaboradas y balanceadas que hacen que se asemejen enormemente a la leche materna en casi todos sus aspectos de composición en lípidos, hidratos de carbono, minerales y vitaminas, tanto en concentraciones y cantidades como en calidad.

Tambien se han hecho avances en el aspecto proteico, modificandose la proporción de caseina en relacion con las proteínas del suero, pero lo que no se ha conseguido es lograr liproteinas de calidad idéntica a las de la leche materna, por eso se tienen que aportar mayor cantidad por litro, tampoco se ha podido lograr elementos proteicos especificos como los que hay en la leche de madre.

En relacion con el aspecto alergénico tambien es mucho lo que se ha avanzado, recordemos las reacciones por beta lacto globulina que hoy no existen más, también debemos tener en cuenta los trabajos que señalan como posible, el pasaje de elementos a través de la leche de madre que posibiliten la sensibilizacion del bebe.
Vinculado con la incorporación de otros alimentos a la dieta del niño, como ya mencione anteriormente, es posible que tengamos tantas formas de hacer esas incorporaciones como escuelas pediátricas existen o como culturas haya.

En mi experiencia siempre es preferible comenzar con mezclas de carbohidratos sin gluten, por ejemplo papillas de maíz o arroz a partir de los 4 o 5 meses y luego agregar elementos lipídicos para agragar valor calórico y palatabilidad y luego de los 5 o 6 meses recién proteinas de huevo y carne, siempre de a poco y tratando de individualizar cada una, de modo de poder suprimirla  si alguna generara alguna reacción.

Creo que de ninguna manera hoy los chicos acepten no recibir alimentos semisólidos después de los 4 o 5 meses de edad.
Por supuesto que la historia familiar siempre debe ser tenida en cuenta, si existen parientes con intolerancias.


  • La lactancia materna reduce el riesgo de padecer alergia 


La lactancia materna durante los siete primeros meses de vida, reduce el riesgo de sufrir eccema atópico y alergia a la proteínas de la leche de vaca, como lo enseña CELCEA desde 1980
Comentarios en negrita : Prof. Dr. Juan Carlo Amatucci Director Fundador de CELCEA

Según un estudio que se presenta en la II Reunión de la Academia de Alergia e Inmunología Clínica, que se inició el 13 de octubre  en Barcelona, España.
La cita, centrada en la alergia y la asma pediátrica, reune a representantes de los 6.800 especialistas en alergia e inmunología clínica de 107 países.El  estudio señala que existen hipótesis sobre que específicos estilos de vida y conductas alimentarias favorecen la pronta aparición de síntomas alérgicos.

De este modo, la exposición a diferentes agentes medioambientales aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y asma, ya que la exposición a alérgenos como determinados alimentos, ácaros del polvo, mascotas y pólenes, es un requisito para el desarrollo de enfermedades relacionadas con la alergia, según ha destacado en un comunicado la presidenta del encuentro, la profesora Halken, quien afirmó que los factores genéticos pueden influenciar en la vulnerabilidad del paciente a los diferentes agentes medioambientales.
Algunos estudios muestran que un niño con dermatitis atópica y con antecedentes familiares tienen un riesgo más alto de desarrollar asma en una etapa más avanzada de su vida. Cuando uno de los padres es alérgico, el niño tiene predisposición a ser alérgico también, y el riesgo es por tanto mayor si ambos padres sufren esta enfermedad .La profesora ha señalado que el conocimiento sobre las alergias puede ayudar a los pacientes a evitar el contacto con aquellos agentes dañinos para su salud y de esta manera reducir los síntomas y evitar situaciones de riesgo.
No obstante, los síntomas de las alergias pueden desaparecer o ser sustituidos. Normalmente, los bebés suelen sufrir dermatitis atópica, síntomas gastrointestinales, y constantes resollos, mientras que los niños sufren principalmente asma bronquial y rinoconjuntivitis alérgica.En este sentido, las reacciones alérgicas a alimentos, en especial a la proteína de la leche de vaca, se manifiestan habitualmente durante los primeros años de vida, y las alergias respiratorias ocurren sobre todo en una etapa más tardía de la niñez.




  • Más tiempo de la lactancia no reduce el riesgo de sobrepeso en el bebé
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Europa Presss (revista ‘JAMA’)   
Enviado por Diario Salud  News al Dr. J.C.Amatucci; Periodista Científico
La duración de la lactancia materna no supone un menor iresgo de sobrepeso y obesidad infantil, según un estudio publicado en la revista 'JAMA' en el que se analizaron a casi 14.000 niños sanos en Bielorrusia. Una intervención logró mejorar la duración y exclusividad de la lactancia materna de los niños participantes en la investigación.   
 Richard M. Martin, de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y sus colegas investigaron los efectos de una intervención para promover el aumento de la duración y exclusividad de la lactancia materna en niños adiposos (grasa corporal) y con insulina como factor de crecimiento 1 ( IGF-1). El ensayo controlado aleatorizado se realizó en 31 hospitales de maternidad de Bielorrusia y sus clínicas afiliadas.
 Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de dos grupos: intervención de promoción de la lactancia materna o de las prácticas habituales. Los participantes fueron 17.046 parejas madre-hijo con lactancia en 1996 y 1997, de los cuales 13.879 (81,4 por ciento) fueron seguidos entre enero de 2008 y diciembre de 2010, en una media de edad de 11,5 años.
   La intervención de promoción de la lactancia materna fue el modelo de la Iniciativa Hospital Amigo (Fondo Mundial de la Salud/Organización de las Naciones Unidas para la Infancia). Las principales medidas de resultado fueron el índice de masa corporal (IMC), índice de masa grasa y sin grasa (FMI y FFMI), porcentaje de grasa corporal, circunferencia de la cintura, tríceps y espesor del pliegue cutáneo subescapular, el sobrepeso y la obesidad y IGF-1 en la sangre.
   Los investigadores encontraron que en los niños del grupo de intervención había aumentado sustancialmente la duración de la lactancia y exclusividad frente al grupo control. En el seguimiento, cuando los niños tenían una edad promedio de 11,5 años, no hubo diferencias significativas entre los grupos experimental frente al control de los principales resultados.
   "Entre los recién nacidos a término sanos en Bielorrusia, una intervención para mejorar la duración y exclusividad de la lactancia materna para lactantes no previene el sobrepeso o la obesidad, ni afecta a los niveles de IGF-1 entre estos niños cuando tenían 11,5 años. Sin embargo, la lactancia materna tiene muchas ventajas de salud para los hijos, incluidos los efectos beneficiosos sobre las infecciones gastrointestinales y eccema atópico en la infancia y un desarrollo cognitivo mejor a la edad de 6,5 años", destacan los investigadores.
   A su juicio, aunque la lactancia materna es "poco probable" que detenga la epidemia de obesidad actual, sus ventajas son "más que suficiente" para justificar que continúen los esfuerzos de las administraciones de salud pública para promover, proteger y apoyar esa práctica entre las madres.




  • El Ministerio de Salud de Bolivia establecerá el primer banco de leche materna
Fuente Aesoria de Comunicación de Bolivia
Enviado por Newsletter Consultor de Salud al Dr. Juan Carlo Amatucci


El Viceministro de Salud,informó que se establecerá el primer Banco de Leche Materna en Bolivia, esta estrategia coadyuvará a disminuir la mortalidad infantil y sobretodo la mortalidad neonatal. “Será un servicio especializado que tendrá como objetivo promover la lactancia materna, recolectar y distribuir con calidad certificada leche materna donada en forma altruista y gratuita por las madres”, sostuvo Maturano.
La autoridad indicó que para la implementación del banco de leche materna se realizó un convenio interinstitucional. La ubicación de este banco de leche será en el Hospital de la Mujer de la ciudad de La Paz, por lo que ya se cuenta con infraestructura adecuada como: salas de espera, de educación, de extracción, laboratorio, áreas de pasteurización, de distribución y depósito.
Además, afirmó el Viceministro de Salud, que se contará con un equipo multidisciplinario conformado por un pediatra neonatólogo, microbiólogo, bioquímico, ingeniero de alimentos, nutricionista, laboratorista y auxiliar de enfermeríaMaturano aseguró, que los beneficiados serán los niños prematuros, niños de bajo peso al nacer y niños que por alguna razón hayan perdido a su madre al nacer, en razón de que la leche materna es un elemento de supervivencia básica para todos los neonatos.
Explicó, que se recolectará la leche en los hospitales maternos infantiles, sobre todo para generar una cultura altruista en las madres que sean donantes de leche, iniciándose con un proceso de sensibilización y promoción. Para la recolección de la leche se procederá de acuerdo a la norma y en un principio serán cuatro los hospitales que conformen esta red y ya en una segunda fase se irá ampliando estos puntos de recolección. Se espera que hasta el mes de agosto de la presente gestión se pueda establecer este banco de leche.
La lactancia materna exclusiva es de siete meses a partir del nacimiento, es decir que el recién nacido no debe recibir otro alimento; la lactancia complementada es hasta el primer año de vida y la prolongada hasta los dos años, de acuerdo a la normativa vigente para promover la lactancia materna.






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