Fuente: EP | |
Enviado por Diario Salud News al Periodista Dr. Carlo Amatucci
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Los macrófagos son glóbulos blancos que ayudan a prevenir y alertar al sistema inmune a la amenaza de una infección patógena y, curiosamente, están presentes en el útero y los ovarios en el momento de la concepción. Un equipo de científicos ha descubierto que sin macrófagos los embriones son incapaces de implantarse en el útero.
En este número de la revista 'Journal of Clinical Investigation', Sarah Robertson y sus colegas de la Universidad de Adelaide, en Australia, investigaron el papel de los macrófagos en el embarazo temprano. El equipo utilizó un modelo de ratón en el que los macrófagos podrían agotarse inmediatamente después de la implantación del embrión.
Los investigadores pensaron que la falta de implante del embrión en el útero es causada por la reducción de los niveles de ciertas hormonas, como la progesterona y los factores de crecimiento endoteliales vasculares. El embarazo puede ser completamente restaurado, por tanto, mediante la adición de los macrófagos o por medio de la administración de la progesterona, unos resultados que arrojan luz sobre una nueva función de los macrófagos, así como una causa potencialmente corregible de infertilidad.
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Más alergias y menos infecciones ¿por qué?
Enviado por Asteriscos News al Dr. J.C.Amatucci; Alergólogo y Periodista
En los últimos diez años se ha incrementado en un 350% la incidencia de las alergias en niños menores de cinco años, lo cual estaría vinculado al exceso de ambientes estériles, el abuso de antibióticos y el aumento de nacimientos por cesárea. Respecto de la nutrición, el abuso de aceites Omega 6, 9 y grasas trans causa mayor obesidad, sin que haya una nutrición adecuada.
La conferencia final del Segundo Encuentro Latinoamericano de Temas selectos en Nutrición que tuvo lugar en Mendoza y fue dictada por el Dr. Jorge Higuera, tuvo por objetivo presentar la Transición Epidemiológica y Nutricional en Latinoamérica y plantear hacia dónde vamos.
En su magistral análisis, el profesor de los cursos de Nutrición pediátrica de la Federación Latinoamericana de Nutrición Parenteral y Enteral (FELANPE), puso el énfasis en la necesidad de “controlar la sobremedicación de antibióticos que destruyen la flora bacteriana capaz de hacer que el sistema inmunológico funcione adecuadamente”. A ello sumó la importancia de frenar el avance de las cesáreas por sobre los partos naturales.
“En todo Latinoamérica está aumentando esta práctica y lamentablemente el hecho de que los niños no atraviesen el canal de parto, no les permite madurar adecuadamente la flora bacteriana”, afirmó el doctor Higuera. Y también pidió reforzar la labor en consultorio para que suban los indicadores de lactancia materna exclusiva hasta los 4 o 6 meses. “Se han hecho importantes esfuerzos, pero actualmente los indicadores se han detenido y tenemos que trabajar para que se incrementen, porque la lactancia materna colabora con el fortalecimiento del sistema inmune”.
De la desnutrición a la obesidad sin nutrientes
Respecto de la forma en que se alimenta la población infantil de Latinoamérica, el doctor Higuera advirtió sobre el progresivo aumento de la obesidad. El especialista aseguró que comparado con otras regiones que están en vías de desarrollo estamos mejorando las tasas de desnutrición.
“La Organización Mundial de la Salud ha puesto retos para el 2015 y Latinoamérica va a cumplirlos, aunque hay importantes contrastes”. El promedio regional de desnutrición según el peso para la edad es del 7%, Argentina tiene el 2% y Guatemala el 25%”, precisó Higuera.
Sin embargo, en cuanto a la obesidad en niños menores de 5 años, tanto nuestro país como toda Latinoamérica está incrementando sus cifras. Y el problema no se queda en el exceso de peso, sino que va acompañado de anemia y la carencia de nutrientes fundamentales como el DHA y otros ácidos grasos que mejoran el neurodesarrollo y el sistema inmunológico infantil.
Al respecto el doctor Higuera explicó la importancia de empezar a trabajar “sobre la mujer embarazada, mejorando su nutrición para que sea más completa. El riesgo acumulado de obesidad y de enfermedades no transmisibles que tendrá una persona comienza desde las deficiencia nutricionales que tuvo en el vientre de su madre”.
Por ello es “fundamental prestar atención a las mujeres embarazadas, enriquecer su dieta con hierro y DHA y luego al bebé ya que la reserva de hierro natural finaliza a los 4 meses de vida. La anemia infantil provoca problemas de salud pública a corto y largo plazo sobre el niño, el adolescente y el adulto.
Esto da mayor predisposición a las infecciones, al neurodesarrollo deficiente y otras consecuencias muy dañinas para nuestra infancia”, afirmó el doctor Higuera.
Finalmente, el especialista alertó sobre la carencia de ácidos grasos omega 3 en la alimentación de los niños de Latinoamérica. En este sentido, el doctor Higuera mostró los datos de la Argentina, como uno de los países que menos ácidos grasos, a través del pescado, consume. “Más del 66% de los argentinos lo ingieren menos de una vez a la semana. La recomendación es consumir pescados azules o de aguas frías, entre 2 y 3 veces semanales. El salmón y el atún son las mejores alternativas.
Ablactación . ¿ Huevo antes del año de edad?
Por Hugo García; Médico pediatra .Argentina
Enviado por la Red-SLAAI al Dr J.C.Amatucci; Alergólogo y Periodista
Como pediatra clínico, después de más de 40 años de atender muchísimos niños, creo que les puedo decir que hay infinidad de técnicas para alimentarlos, por supuesto que hoy ya nadie duda que la lactancia tiene que ser lo más prolongada posible, pero todos sabemos que es cada vez más difícil conseguir que las madres amamanten a sus hijos por mucho más de 3 o 4 meses y muchísimas ni llegan a eso.
La gran diferencia es que hoy existe plena conciencia de que lo correcto es la alimentacion natural y que si ésta no es posible, como un mal menor aceptamos la alimentacion artificial con fórmulas tremendamente elaboradas y balanceadas que hacen que se asemejen enormemente a la leche materna en casi todos sus aspectos de composición en lípidos, hidratos de carbono, minerales y vitaminas, tanto en concentraciones y cantidades como en calidad.
Tambien se han hecho avances en el aspecto proteico, modificandose la proporción de caseina en relacion con las proteínas del suero, pero lo que no se ha conseguido es lograr liproteinas de calidad idéntica a las de la leche materna, por eso se tienen que aportar mayor cantidad por litro, tampoco se ha podido lograr elementos proteicos especificos como los que hay en la leche de madre.
En relacion con el aspecto alergénico tambien es mucho lo que se ha avanzado, recordemos las reacciones por beta lacto globulina que hoy no existen más, también debemos tener en cuenta los trabajos que señalan como posible, el pasaje de elementos a través de la leche de madre que posibiliten la sensibilizacion del bebe.
Vinculado con la incorporación de otros alimentos a la dieta del niño, como ya mencione anteriormente, es posible que tengamos tantas formas de hacer esas incorporaciones como escuelas pediátricas existen o como culturas haya.
En mi experiencia siempre es preferible comenzar con mezclas de carbohidratos sin gluten, por ejemplo papillas de maíz o arroz a partir de los 4 o 5 meses y luego agregar elementos lipídicos para agragar valor calórico y palatabilidad y luego de los 5 o 6 meses recién proteinas de huevo y carne, siempre de a poco y tratando de individualizar cada una, de modo de poder suprimirla si alguna generara alguna reacción.
Creo que de ninguna manera hoy los chicos acepten no recibir alimentos semisólidos después de los 4 o 5 meses de edad.
Por supuesto que la historia familiar siempre debe ser tenida en cuenta, si existen parientes con intolerancias.
Especialistas españoles y portugueses analizan nuevos métodos diagnósticos de alergia
Enviado por la Red-SLAAI al Dr Juan Carlo Amatucci; Alergólogo y Periodista
Una treintena de especialistas llegados desde diferentes puntos de España y Portugal han acudido al III Curso sobre Optimización del Diagnóstico de Polinosis a Gramíneas/Olivo, celebrado recientemente en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, para analizar los avances en la detección y tratamiento de los pacientes con alergia a ambos pólenes.
La alergóloga del Hospital Reina Sofía, Carmen Moreno, responsable de la organización de este encuentro, ha explicado que las nuevas técnicas de diagnóstico molecular que se usan en la identificación de este tipo de alergias aportan 'sustanciosas ventajas' para los pacientes, ya que 'proporcionan un diagnóstico más preciso, una selección de tratamientos más acertados y todo esto se acompaña de un mejor pronóstico', según ha informado la Delegación del Gobierno andaluz en Córdoba en un comunicado.
La reunión ha congregado a un equipo multidisciplinar integrado por alergólogos, inmunólogos responsables de técnicas de laboratorio, biólogos moleculares y aerobiólogos. En ella se han expuesto entre 25 y 30 casos clínicos, que han sido analizados por estos expertos y se han comparado los diagnósticos que se pueden realizar siguiendo el método tradicional y las nuevas herramientas de diagnóstico molecular. 'La respuesta de los especialistas se modificó hasta en un 70 por ciento de los casos cuando se manejaron estos nuevos procedimientos', ha añadido Carmen Moreno.
En esta misma línea, la alergóloga ha detallado que este moderno equipamiento, disponible en el Hospital Reina Sofía desde hace unos años, se puede aplicar un algoritmo que permite identificar al menos cinco fenotipos de pacientes, atendiendo a los perfiles que se expresen en cada uno de ellos. Así, los especialistas optan por un tipo de vacunas u otro en base a esta clasificación.
Tratamientos más cortos
Estos procedimientos, además de servir para conocer que los pacientes alérgicos al polen del olivo y las gramíneas 'son muy diferentes' —lo cual influye a la hora de decantarse por un tratamiento e incide en el pronóstico de cada persona— aportan un significativo ahorro económico.
En este sentido, se consigue reducir el gasto al ser los tratamientos -vacunas antialérgicas- más eficaces y más cortos en el tiempo, ya que hasta ahora duraban entre tres y cinco años y gracias a esta nueva técnica se acerca más a los tres años.
Esta tecnología, que ya se está incorporando en otros centros del país y se usa también para el diagnóstico de otras alergias, está preparada para detectar de forma simultánea y en breve espacio de tiempo numerosos alérgenos (o proteínas responsables de la enfermedad) a los que pueden ser sensibles los pacientes.
El Hospital Universitario Reina Sofía ha atendido en los últimos cinco años a más de 2.000 pacientes, entre niños y adultos, con este equipo de diagnóstico molecular, que proporciona información sobre la base molecular de la enfermedad alérgica mediante el empleo de modernas técnicas de proteómica.
Gripe: contagio y prevención
Dr. Silvio Aguilera
Enviado por Fundación Vittal al Dr. Juan Carlo Amatucci Docente. Médico. Periodista
Es en invierno y primavera que aparecen los brotes de esta enfermedad respiratoria. En el siguiente artículo veremos los principales aspectos de la gripe, las formas de contagio y de prevenir esta dolencia que afecta a niños y adultos principalmente.
Características y Síntomas
La gripe es una enfermedad respiratoria causada por un virus, afecta al aparato respiratorio superior y/o al inferior. Puede acompañarse de fiebre, dolor muscular y de cabeza, y debilidad generalizada. Casi todos los inviernos se producen brotes de esta enfermedad.
Se contagia por las secreciones respiratorias o por las gotitas expulsadas en la tos y estornudo, aunque también puede transmitirse por las manos (contagio mano a mano).
Los brotes de esta enfermedad aparecen todos los años, especialmente en invierno y primavera. Los principales afectados son los niños (donde aumenta de forma considerable la falta de asistencia a clase), posteriormente los más afectados son los adultos. De entre todos los afectados son los niños y ancianos los que presentan mayor riesgo de complicación.
Los síntomas más característicos de la gripe son: malestar general, fiebre, somnolencia, tos y/o estornudos, taponamiento nasal.
Para la gripe no complicada se requiere de un tratamiento sintomático para el malestar general, fiebre, etc. La tos habitualmente desaparece por sí sola, por lo general no están indicados los antitusivos. No está indicado el uso de antibióticos.
Se aconseja reposo y el consumo de mayores cantidades de líquidos durante la fase aguda de la enfermedad y la reincorporación gradual a la actividad normal una vez resuelto el padecimiento.
Vacuna Antigripal
La vacunación es la principal medida para prevenir la gripe y sus complicaciones y para reducir el impacto de las epidemias. La vacuna está indicada a partir de los 6 meses de edad sin límite máximo de edad para la vacunación y se recomienda su aplicación a las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones serias en caso de gripe. Estas personas son:
- Personas 65 o más años de edad
- Adultos y niños con afecciones crónicas de los sistemas pulmonar y cardiovascular (Ej.: cardiopatía, asma grave, enfisema, enfermedad fibroquística del páncreas, hipertensión pulmonar, etc.)
- Pacientes con enfermedades metabólicas (diabetes), insuficiencia renal, hemoglobinopatías e inmunocomprometidos (incluye inmunosupresión por medicación y HIV (+)
- Niños o adolescentes que están bajo terapia prolongada con aspirina.
- Grupos de personas que pueden transmitir la gripe a personas de alto riesgo: médicos, enfermeras.
- Empleados de geriátricos y entidades de cuidados crónicos que tienen contacto con pacientes.
- Convivientes con pacientes inmunosuprimidos
- Embarazadas en el segundo o tercer trimestre, ante situaciones de alto riesgo.
La vacuna antigripal debe ser administrada en una única dosis excepto para todos los niños menores de 9 años o para los niños mayores de 9 años que no han recibido ninguna dosis anterior, en los que se recomiendan dos dosis con un intervalo de 4 semanas.
Hay que recordar que la vacuna comienza a hacer efecto a las dos semanas de su aplicación, por lo que conviene no demorarse en la vacunación, y debe aplicarse en otoño, antes de los primeros fríos entre mayo y junio.
La única contraindicación para la aplicación de la vacuna es el antecedente de reacción alérgica a una dosis previa o a componentes de la vacuna, especialmente a proteínas del huevo.
En España han diagnosticado el primer caso de un síndrome que destruye las defensas del organismo.
Enviado por Red-SLAAI al Dr. J.C.Amatucci Alergólogo y Periodista Científico
Esta enfermedad, que entre los especialistas se conoce como déficit en glucosa 6PC3 o SCN4, aumenta el riesgo del paciente de contraer infecciones graves.
Inmunólogos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba han diagnosticado el primer caso en España de un síndrome que destruye las defensas del organismo. El paciente es un niño - oriundo de Andalucía - de 12 que ya ha iniciado el tratamiento, una vez confirmado el diagnóstico. En todo el mundo se han diagnosticado alrededor de una treintena de casos, en su mayoría en Estados Unidos y Europa.
Según ha informado el centro hospitalario, los primeros síntomas aparecieron cuando el niño contaba menos de un año de vida. Desde entonces, ha ido recibiendo asistencia médica sin que se supiera la causa del problema, hasta que a mediados del pasado año se realizó el diagnóstico en la consulta de Inmunología Pediátrica del Hospital Reina Sofía, donde fue derivado para un estudio en profundidad.
La enfermedad se describió a finales de 2009, de ahí que aún no se le haya adjudicado un nombre, si bien entre los especialistas se conoce como déficit en glucosa 6PC3 o SCN4. Se trata de un síndrome ocasionado por la deficiencia de una enzima que provoca que el sistema inmune no funcione correctamente y aumente el riesgo de infecciones, llegando a comprometer la vida del enfermo. El paciente andaluz, concretamente, viene sufriendo numerosas infecciones graves y neumonías desde muy pequeño.
En el origen de esta patología se encuentra la mutación de una enzima que participa en la obtención de energía a partir del azúcar para los neutrófilos, las primeras células que actúan cuando se produce una infección. El inmunólogo del Hospital Reina Sofía que ha realizado el diagnóstico, el Dr. Manuel Santamaría, ha explicado que los principales afectados son los glóbulos blancos, de ahí que el sistema inmune de estas personas se vea tan perjudicado.
Variante descrita por primera vez
Además, es frecuente que esta patología se asocie a problemas cardíacos y malformaciones genitourinarias. El paciente andaluz presenta una variante de la enfermedad hasta hoy inédita que consiste en que no sufre malformación cardíaca. Los problemas urogenitales que presentaba se han tratado satisfactoriamente en este hospital.
El tratamiento de este síndrome consiste en aplicar terapias biológicas avanzadas y, más concretamente, factores de crecimiento recombinantes, que permiten que el sistema defensivo dañado se recupere. Esta medicación se aplica de por vida y los pacientes pueden hacer una vida normal una vez que se estabiliza su tratamiento.
El procedimiento diagnóstico se ha basado en técnicas de biología molecular. En la parte final del proceso se ha contado con la colaboración de inmunólogos del Hospital Clínico de Barcelona.
Según ha informado el centro hospitalario, los primeros síntomas aparecieron cuando el niño contaba menos de un año de vida. Desde entonces, ha ido recibiendo asistencia médica sin que se supiera la causa del problema, hasta que a mediados del pasado año se realizó el diagnóstico en la consulta de Inmunología Pediátrica del Hospital Reina Sofía, donde fue derivado para un estudio en profundidad.
La enfermedad se describió a finales de 2009, de ahí que aún no se le haya adjudicado un nombre, si bien entre los especialistas se conoce como déficit en glucosa 6PC3 o SCN4. Se trata de un síndrome ocasionado por la deficiencia de una enzima que provoca que el sistema inmune no funcione correctamente y aumente el riesgo de infecciones, llegando a comprometer la vida del enfermo. El paciente andaluz, concretamente, viene sufriendo numerosas infecciones graves y neumonías desde muy pequeño.
En el origen de esta patología se encuentra la mutación de una enzima que participa en la obtención de energía a partir del azúcar para los neutrófilos, las primeras células que actúan cuando se produce una infección. El inmunólogo del Hospital Reina Sofía que ha realizado el diagnóstico, el Dr. Manuel Santamaría, ha explicado que los principales afectados son los glóbulos blancos, de ahí que el sistema inmune de estas personas se vea tan perjudicado.
Variante descrita por primera vez
Además, es frecuente que esta patología se asocie a problemas cardíacos y malformaciones genitourinarias. El paciente andaluz presenta una variante de la enfermedad hasta hoy inédita que consiste en que no sufre malformación cardíaca. Los problemas urogenitales que presentaba se han tratado satisfactoriamente en este hospital.
El tratamiento de este síndrome consiste en aplicar terapias biológicas avanzadas y, más concretamente, factores de crecimiento recombinantes, que permiten que el sistema defensivo dañado se recupere. Esta medicación se aplica de por vida y los pacientes pueden hacer una vida normal una vez que se estabiliza su tratamiento.
El procedimiento diagnóstico se ha basado en técnicas de biología molecular. En la parte final del proceso se ha contado con la colaboración de inmunólogos del Hospital Clínico de Barcelona.
Avances en el manejo de las enfermedades de inmunodeficiencia primaria en América Latina.
El sistema inmunitario y la alergia
Dr. José Manuel Zubeldia Ortuño
Médico especialista en Alergología. Jefe del Servicio de Alergia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid. Profesor asociado de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid
Fuente: Libro de las Enfermedades Alérgicas /Fundación SEAIC - BBVA
Enviado por Red-ALAAI al Dr. Juan Carlo Amatucci Médico y Periodista
El sistema inmunitario es un conjunto de órganos, tejidos, células y productos derivados de estas células que se encuentra distribuido por todo el organismo.
Los órganos que forman parte del sistema inmunitario se denominan órganos linfoides. Éstos son: las adenoides (comúnmente llamadas vegetaciones), las amígdalas palatinas, el timo, el apéndice, la médula ósea, el bazo, los ganglios linfáticos, las placas de Peyer del intestino y los vasos linfáticos (véase figura 1). También se localiza en las mucosas del aparato digestivo, respiratorio y genitourinario. Todos ellos contribuyen a la producción, maduración y activación de las células más importantes de la inmunidad: los linfocitos.
Tiene como misión fundamental proteger la identidad del individuo, para lo cual efectúa dos procesos especiales: el reconocimiento y la defensa. Se encarga de reconocer, permanentemente, aquello que es propio y forma parte del organismo (tejidos, células), de lo que es extraño a él y, potencialmente, perjudicial. Además, es un complejo sistema defensivo frente a agresiones y ataques, tanto del exterior (bacterias, virus) como del interior (células degeneradas o tumorales). Es, por tanto, un sistema de cuyo funcionamiento e integridad dependerá la supervivencia del organismo.
Se calcula que la variedad de posibles sustancias contra las cuales el sistema inmunitario debe reaccionar de forma específica, llamadas genéricamente antígenos, es de unos 109 tipos diferentes. Para esta diversidad en la respuesta inmunitaria está perfectamente preparado dicho sistema, ya que puede producir tan variado número de anticuerpos diferentes como sea preciso, al poseer una habilidad muy específica para discriminar entre moléculas estrechamente relacionadas. Además, el sistema inmunitario tiene memoria, de tal forma que puede reconocer fácil y rápidamente una segunda exposición a un antígeno contra el cual había generado anteriormente una respuesta.
Debido a su importancia, se encuentra muy bien conservado en la escala evolutiva; el sistema inmunitario de los seres humanos es muy similar al que se halla en otros organismos inferiores en la escala filogenética, como los insectos (por ejemplo, la mosca del vinagre) o el resto de mamíferos (por ejemplo, los ratones de laboratorio). Por esta razón, ambos modelos animales son muy útiles para el estudio de las enfermedades del sistema inmunitario humano.
En condiciones normales, el sistema inmunitario está vigilante para permitir nuestra supervivencia en un medio natural hostil, lleno de virus, bacterias, hongos y parásitos, a los cuales es capaz de reconocer y destruir. Sin embargo, en ocasiones, hay alteraciones congénitas o adquiridas que pueden modificar su normal funcionamiento, y producir enfermedades. Entre ellas hay que mencionar las inmunodeficiencias, que dan lugar a un aumento del número o gravedad de las infecciones, algunas de ellas gravísimas, que pueden conducir a la muerte. En otras ocasiones, el sistema inmunitario falla en el reconocimiento de las propias células, considerándolas extrañas y reaccionando contra ellas, dando lugar a las llamadas enfermedades autoinmunes, como por ejemplo, el lupus eritematoso o la artritis reumatoide.
FIGURA 1. Distribución del sistema inmunitario
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La alergia, a pesar de ser muy frecuente y causar síntomas de los que todo el mundo habla, es una gran desconocida. Si ante un infarto de miocardio casi todos sabrían identificar al corazón como el órgano dañado, ante una enfermedad alérgica pocos podrían determinar dónde se localiza la alteración que la desencadena. En una enfermedad alérgica lo que se altera es el sistema inmunitario.
Una de las funciones del sistema inmunitario es la capacidad de distinguir, dentro de lo ajeno, aquello que no supone ninguna amenaza para el organismo que está defendiendo. Por ejemplo: el polen que entra por la nariz, la leche que bebemos, o los pendientes de bisutería que contienen níquel. Y es precisamente este matiz, tan importante, el que falla en la alergia. Como consecuencia de esta alteración del sistema inmunitario, y al encontrarse distribuido por todo el organismo, las enfermedades alérgicas pueden producir síntomas en cualquier órgano del cuerpo, aunque sean más frecuentes los problemas respiratorios, digestivos o de la piel, debido a que éstas son las zonas de mayor contacto con los agentes externos.
Los alérgenos son todas aquellas sustancias capaces de provocar alergia. Se caracterizan por dos hechos: por ser sustancias inocuas para el resto de la población que no es alérgica y por tener la propiedad de generar un tipo especial de anticuerpos, la inmunoglobulina E (IgE). Prácticamente, cualquier sustancia puede ser un alérgeno: medicamentos, alimentos, sustancias que flotan en el aire y se respiran o sustancias que se tocan. Unas son muy frecuentes y otras menos, y su identificación puede resultar difícil. Ejemplos de las primeras son: los pólenes, los ácaros del polvo doméstico, determinados hongos, los epitelios de animales (perro, gato, hámster, etc.), muchos medicamentos (antibióticos, aspirina, etc.), así como numerosos alimentos (leche, huevo, frutas, etc.). Por el contrario, también existen alérgenos poco frecuentes como las garrapatas de las palomas o los caracoles. No obstante, las personas desarrollan la alergia contra aquellas sustancias con las que tienen contacto. La alergia no está presente en el nacimiento, sino que se va desarrollando con el paso del tiempo y frente a las sustancias que se encuentran en el entorno del paciente. Por ejemplo, es muy habitual la alergia a los perros o a los gatos, pero no a los leones; sin embargo, alguien que trabaje en un circo o en un zoo puede desarrollar alergia a estos felinos.
Son proteínas que circulan por la sangre producidas por el sistema inmunitario, en concreto por los linfocitos B. Son moléculas, cuyo tamaño es de una millonésima de milímetro. Los anticuerpos también son denominados inmunoglobulinas y se abrevian con las letras Ig. Desde el punto de vista estructural, tienen forma de Y griega Hay varias clases de inmunoglobulinas que se denominan con letras: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE.
Los anticuerpos son generados por el sistema inmunitario como una respuesta de defensa contra los microbios y contra todas las sustancias que penetran en el organismo. El sistema inmunitario dispone de un repertorio de inmunoglobulinas capaces de interaccionar con un gran número de estructuras químicas diferentes. Se calcula que existen más de 1010 clones de linfocitos B de especificidad distinta, y se dispone incluso de anticuerpos capaces de reconocer compuestos sintéticos que son inexistentes en la naturaleza.
Si estas sustancias externas son reconocidas por el sistema inmunitario como no perjudiciales, resultan toleradas y se producen Ig del tipo G (IgG). Por ejemplo, se generan anticuerpos IgG frente a los pólenes que son inhalados por las personas sanas. Por el contrario, las personas alérgicas producen además de anticuerpos IgG, inmunoglobulinas del tipo E (IgE).
La inmunoglobulina E es una clase de anticuerpo denominado así porque forman parte de su estructura unas cadenas llamadas Epsilon. La IgE es la inmunoglobulina que se encuentra en la sangre, en la concentración más baja de todas las clases de inmunoglobulinas. A pesar de ello, resulta ser el anticuerpo más importante en la resistencia y lucha contra las enfermedades parasitarias, sobre todo en las producidas por helmintos (gusanos). La IgE posee la capacidad de activar unas células que contienen en su interior productos muy tóxicos y sustancias letales, capaces de eliminar a tales parásitos.
En el mundo occidental, gracias a los avances higiénicos han disminuido notablemente las enfermedades infecciosas producidas por parásitos, pero nos encontramos con la curiosa situación de tener un sistema inmunitario capaz de sintetizar anticuerpos IgE y sin enemigos naturales que combatir. Por el contrario, existen sustancias inofensivas o inocuas para la mayoría de las personas, como los pólenes, y sin embargo el sistema inmunitario sintetiza IgE específica frente a ellas. Esta respuesta enérgica del sistema inmunitario no sólo es inútil, sino lo que es más importante, resulta peligrosa para el individuo, pues puede incluso ocasionarle la muerte.
La concentración de IgE en la sangre circulante se eleva notablemente cuando se desarrollan las enfermedades alérgicas.
Los mastocitos son unas células que se caracterizan por su capacidad de poder fijar moléculas de IgE en el exterior de su membrana celular. Pueden llegar a tener alrededor de 500.000 receptores por cada célula. Los mastocitos no circulan por la sangre, sin embargo, están ampliamente distribuidos en el aparato respiratorio, la piel, el hueso, el aparato digestivo y el tejido nervioso. Pueden hallarse en concentraciones de 10.000 a 20.000 células/mm3.
Los mastocitos son células grandes (10-15 µm de diámetro) y poseen numerosos gránulos en su interior, llenos de productos con un importante poder para producir inflamación, principalmente de histamina (véase figura 3). Un listado completo de estos productos y de las acciones que ejercen una vez liberados se encuentra recogido en la tabla 1.
Tabla 1. Productos liberados de los mastocitos y de los basófilos
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Mastocitos
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Basófilos
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Efecto biológico
| |
Beta-glucuronidasa
|
no
|
sí
|
Degradación de glucurónidos
|
Carboxipeptidasas
|
sí
|
no
|
Degradación de proteínas
|
Captesina
|
sí
|
sí
|
Degradación de proteínas
|
Condroitín sulfato
|
sí
|
sí
|
Anticoagulación, estabilización de los gránulos, efecto anticomplemento
|
Elastasa
|
no
|
sí
|
Degradación de elastina
|
Hidrolasas ácidas
|
sí
|
no
|
Degradación lisosómica de partículas
|
Histamina
|
sí
|
sí
|
Vasodilatación, aumento de la permeabilidad, picor, contracción músculo liso, secreción de moco
|
Heparina
|
sí
|
sí
|
Anticoagulación, estabilización de los gránulos, efecto anticomplemento
|
Proteasas neutras
|
sí
|
sí
|
Fibrinogenolisis, activación de colagenasas
|
Triptasa
|
sí
|
no
|
Activación de colagenasas, degradación de neuropéptidos
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Factores atrayentes de eosinófilos
|
sí
|
sí
|
Quimiotácticos de eosinófilos
|
Factor activador de plaquetas
|
sí
|
sí
|
Agregación de plaquetas, vasodilatación, aumento de la permeabilidad, broncoconstricción
|
Leucotrienos
|
sí
|
sí
|
Quimiotácticos de diferentes células, secreción de moco, broncoconstricción, aumento de la permeabilidad vascular
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Los basófilos son un tipo de leucocitos circulantes. Representan el 0,1-2% de todos los leucocitos presentes en la sangre (véase figura 4). Al igual que los mastocitos, cuentan con receptores en su superficie para unir la IgE y también poseen gránulos en su interior repletos de sustancias tóxicas (véase tabla 1).
Los linfocitos son las células protagonistas del sistema inmunitario. Son células pequeñas que se encuentran tanto alojadas en los tejidos linfoides como circulando por la sangre. Hay dos tipos de linfocitos: los linfocitos B y los linfocitos T. Ambos tienen funciones de reconocimiento, pero, fundamentalmente, de defensa contra las enfermedades infecciosas producidas por las bacterias y los virus, respectivamente. Así, los linfocitos B son los encargados de la producción de los anticuerpos, y los linfocitos T se especializan en la secreción de linfocinas. Existen varios subgrupos de linfocitos T, dependiendo de la función que realicen.
Los linfocitos también son los responsables de la aparición de enfermedades alérgicas. Los linfocitos B producen la IgE y los linfocitos T, dependiendo del subgrupo implicado, participan en enfermedades como el eccema alérgico al níquel (linfocitos Th1) o colaboran con los linfocitos B para generar elevadas cantidades de IgE (linfocitos Th2). Existe un tercer tipo de linfocitos T, muy importante, que es el de los reguladores del sistema inmunitario (linfocitos T reguladores). Estos linfocitos amplifican o suprimen la respuesta inmunológica global, regulando los otros componentes del sistema inmunitario, a través del contacto celular y de la secreción de una gran variedad de linfocinas.
También llamadas interleucinas o citocinas. Las linfocinas son unos productos solubles, de tiempo de acción corto, responsables de la comunicación intercelular. Son las responsables de la regulación de la respuesta inmunológica general y de la alérgica, en particular.
Las linfocinas son producidas por diferentes tipos de células que participan en la respuesta inmune, principalmente por los linfocitos T. Se han identificado un gran número de citocinas (véase tabla 2). Muchas de ellas son cruciales para el desarrollo de los linfocitos y del tipo de respuesta inmune. Así, en la rinitis o el asma bronquial alérgica, se origina una alteración en el equilibrio entre los linfocitos Th1 y Th2, a favor de los Th2, ya que se produce un incremento de Interleucina-4 (IL-4), que va a favorecer el desarrollo de la respuesta alérgica. Por el contrario, los linfocitos Th1 producen principalmente interferón gamma (IFN-γ) que neutraliza la respuesta de la IL-4 y de los linfocitos Th2.
Los eosinófilos son otro tipo de leucocitos circulantes; representan, en condiciones normales, alrededor del 5% de éstos. Sin embargo, su concentración en sangre se eleva en las enfermedades alérgicas.
Por ejemplo, durante la polinización, es muy común poder detectar en sangre periférica, con un análisis rutinario (hemograma), un número elevado de eosinófilos circulantes en los pacientes alérgicos al polen. En su interior, poseen sustancias que, cuando se liberan, son muy tóxicas para las células de alrededor (véase tabla 3). Esto es beneficioso en la defensa frente a los parásitos, sin embargo, es nocivo en el caso de las reacciones alérgicas, ya que desempeñan un papel importante en la perpetuación del proceso inflamatorio.
Las sustancias liberadas de las células que intervienen en las reacciones alérgicas son las responsables últimas de los síntomas que sufre el paciente alérgico.
La histamina es uno de los principales mediadores de la inflamación alérgica. Su nombre químico es 2-(4-imidazolil) etilamina. Es el producto más abundante, puesto que se encuentra en los gránulos de mastocitos (5 µg/106 células) y de los basófilos (1 μg/106 células). La respuesta biológica a la liberación de la histamina es: el picor cutáneo, por estimulación de los nervios; la dilatación y aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos, con lo que se produce calor y enrojecimiento de la piel y de las mucosas, y salida de líquido hacia los tejidos de alrededor, con lo que se origina hinchazón (edema); y la contracción de la musculatura de los bronquios, que causa dificultad para respirar y mayor producción de moco en las vías respiratorias. Por esta razón, los antihistamínicos son los fármacos más empleados en el tratamiento de las enfermedades alérgicas ya que, al bloquear la acción de la histamina, son eficaces para el control del picor ocular, nasal y de la piel, del goteo de nariz, de los estornudos, etc., que están causados por la acción directa de la liberación de histamina.
Sin embargo, la histamina es absolutamente indispensable. En pequeñas cantidades y en condiciones normales, contribuye a la regulación de diversas funciones: contrae los vasos sanguíneos poco utilizados, mantiene convenientemente húmedas las mucosas y estimula el necesario equilibrio entre los tejidos y la sangre.
La triptasa es una sustancia sintetizada por los mastocitos, que se libera durante las reacciones alérgicas. Su determinación en la sangre u orina es utilizada para establecer la existencia de reacciones alérgicas debidas a la activación de estas células.
El sistema inmunitario se encuentra permanentemente vigilante y activo. De no existir un sistema defensivo adecuado, la vida se extinguiría en unos pocos días, ya que, segundo a segundo, nuestro organismo sufre constantes agresiones desde el exterior y desde el interior. Al mismo tiempo que se genera una respuesta inmunitaria de tipo defensivo contra las sustancias extrañas, el sistema inmunitario desarrolla una respuesta inmunitaria, llamada tolerancia, para reconocer mediante células y anticuerpos específicos los componentes del propio organismo o sustancias externas inocuas. Continuamente está reconociendo moléculas, contra las cuales desarrolla una tolerancia o una respuesta agresiva. En ambos casos, son dos los componentes de esta respuesta inmunitaria: la formación de anticuerpos específicos contra la molécula con la que ha entrado en contacto; o bien, la producción de linfocitos que reconocen específicamente dichas moléculas. Concretamente, cuando se toma leche de vaca, la mayoría de las personas no sufren ningún problema porque su sistema inmunitario ha desarrollado tolerancia a este alimento, reconociendo con linfocitos específicos (subtipo Th regulador) e inmunoglobulinas, generalmente del tipo IgG, sus proteínas. Por el contrario, si el organismo es parasitado por un nematodo (gusanos, lombrices), el sistema inmunitario reaccionará secretando elevadas cantidades de anticuerpos específicos contra el parásito, de todos los tipos (IgG, IgM, IgE), y de linfocitos específicos (subtipo Th2) para combatirlo.
Tabla 2. Características y efectos de las interleucinas más importantes
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Interleucina
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Célula productora
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Funciones
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IL-1
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IL-2
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IL-3
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IL-4
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IL-5
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IL-6
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IL-9
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IL-10
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IL-11
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IL-12
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IL-13
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IL-18
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Tabla 3. Productos contenidos en el interior de los gránulos de los eosinófilos
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Moléculas
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Función
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Hidrolasas lisosomales
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Degradación de diferentes moléculas
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Lisofosfolipasas
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Degradación de fosfolípidos de membrana
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Neurotoxinas
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Actividad de ribonucleasa
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Proteína básica principal
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Toxicidad para células eucariotas
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Proteínas catiónicas
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Toxicidad para células eucariotas y procariotas
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Las reacciones alérgicas técnicamente se denominan reacciones de hipersensibilidad inmediatas. Tras tener un primer contacto con el alérgeno (por ejemplo, el polen), se produce una captación de éste por parte de unas células llamadas células presentadoras de antígeno, que lo procesan en su interior y lo presentan a los linfocitos T, que a su vez interaccionan con los linfocitos B, los cuales producen IgE específica frente a ese polen concreto. Esta IgE se unirá a los mastocitos y los basófilos, células que contienen receptores para la IgE en su superficie. Hasta aquí, el paciente no siente nada, ni experimenta ningún síntoma de alergia. Este proceso puede durar varios días, meses o años y se denomina sensibilización (el individuo se hace sensible a ese alérgeno, el polen en el caso que hemos puesto de ejemplo). Éste es el punto de inflexión a partir del cual el individuo se ha hecho alérgico. Es algo muy importante, ya que aunque se nazca con predisposición genética para hacerse alérgico, la enfermedad no se desarrollará si no se ha estado durante un cierto tiempo en contacto con el alérgeno responsable. Esto determina algo fundamental que será la regla en todas las enfermedades de causa alérgica: la imposibilidad de presentar síntomas en una primera exposición o contacto; por ejemplo, un individuo que ingiere por primera vez una fruta tropical no podrá presentar síntomas alérgicos tras su ingesta esta primera vez. A partir de entonces, la evolución puede ser diferente: bien seguirá tolerando esta fruta sin problemas siempre; o por el contrario, a partir de esa primera, segunda, tercera o x toma, se habrá sensibilizado y manifestará síntomas de alergia en futuras ingestas.
En una exposición posterior, los pólenes que vuelven a ponerse en contacto con el sistema inmunitario son dirigidos directamente hacia los anticuerpos IgE específicos que ya habían sido secretados, y que se encuentran unidos a la superficie de los mastocitos y basófilos. Es entonces, al contactar el alérgeno (polen) y el anticuerpo (IgE específica frente al polen), cuando se produce una pequeña explosión que hace que el mastocito o basófilo liberen el contenido de sus gránulos, llenos de histamina y otras sustancias con potente actividad inflamatoria (véase tabla 1). Esto ocurre a los 15-20 minutos de inhalar el polen, al cual el individuo está sensibilizado y empezará a notar los síntomas típicos de la alergia nasoocular y respiratoria (picor de nariz y ojos, estornudos, lagrimeo, obstrucción nasal, destilación de secreciones acuosas por la nariz, tos, opresión torácica, dificultad respiratoria) producidos por la acción de la histamina y demás sustancias liberadas. Esta fase se conoce como reacción alérgica aguda.
De cuatro a seis horas después de esta reacción inflamatoria (véase figura 5), se produce otra reagudización, sin la participación de nuevos pólenes. Esta ocurre debido a unos productos que se liberaron junto con la histamina, y que tienen como misión atraer al lugar donde se produce la inflamación unas células, los eosinófilos principalmente, que liberan su contenido interior, formado por sustancias muy eficaces para destruir a los parásitos, sin haberlos en esta ocasión. Es entonces cuando se empieza a dañar e inflamar, de una forma más crónica, la conjuntiva de los ojos, la mucosa de la nariz y/o de las vías respiratorias, perpetuándose los síntomas de la conjuntivitis, rinitis y/o asma bronquial. A esta fase se le denomina reacción alérgica tardía.
FIGURA 5. Composición A, B, C (mecanismo de la reacción alérgica)
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El sistema del complemento es un elemento importante en la defensa del organismo. Está constituido por un conjunto de más de treinta sustancias diferentes que circulan por la sangre y que se activan por diferentes estímulos. Algunas de estas proteínas son capaces de unirse a la membrana de los microorganismos invasores, y activar un mecanismo directo para su destrucción.
En ocasiones, tiene lugar un desajuste en la regulación de este sistema del complemento, y se produce una activación incontrolada sin necesidad, lo que da lugar a episodios de edema (hinchazón) en cualquier localización del cuerpo. Es la manifestación de una enfermedad conocida como angioedema hereditario.
En contraposición a las reacciones alérgicas mediadas por la IgE que se desencadenan rápidamente tras exponerse a un alérgeno (reacciones de hipersensibilidad inmediata), existe otro tipo de reacción del sistema inmunitario denominada de hipersensibilidad retardada. Este tipo de reacciones difieren su desarrollo en más de 12 horas tras la exposición al antígeno. En ellas, están implicados mecanismos de inmunidad celular (linfocitos T), a diferencia de las reacciones de hipersensibilidad inmediata que se encuentran fundamentalmente mediadas por los anticuerpos IgE. La sensibilización se produce tras la penetración del antígeno, generalmente a través de un contacto con la piel, que es capturado por las células presentadoras de antígeno y presentado a los linfocitos T en los ganglios regionales. Los antígenos presentados activan estos linfocitos locales y se inicia la secreción de citocinas que serán liberadas localmente, causando un daño celular y las manifestaciones clínicas típicas de este tipo de reacción, como son los eccemas en la piel por alergia a los materiales de bisutería.
También, en este caso, se trata de una desviación de la respuesta inmunitaria ordinaria, de carácter defensivo contra bacterias y hongos. Sin embargo, al unirse sustancias inocuas, por ejemplo el níquel, a las proteínas de la piel, se originan unos complejos extraños al organismo, contra los cuales se desencadena una reacción alérgica, con la consecuencia de un daño local, el eccema alérgico.
Los niños alérgicos al polen mejoran en todos sus síntomas con inmunoterapia sublingual
Los niños alérgicos al polen de gramíneas mejoran en todos sus síntomas con inmunoterapia sublingual en régimen pre-coestacional -es decir cuatro meses antes de la estación polínica
Enviado por Red-ALAAI al Dr. Juan Carlo Amatucci Alergólogo y Periodista Científico
Los niños alérgicos al polen de gramíneas mejoran en todos sus síntomas con inmunoterapia sublingual en régimen pre-coestacional -es decir cuatro meses antes de la estación polínica y durante toda la estación- desde la primera estación de tratamiento, según un estudio presentado en el XXXVI Congreso de la Sociedad Española de Inmunoterapia y Alergia Pediátrica (SEICAP), que ha tenido lugar en Cádiz.
El estudio ha sido aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica (CEIC) del Hospital Virgen de Macarena de Sevilla y en su realización han participado investigadores del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, Hospital Universitario de la Ribera (Alzira, Valencia), Hospital Materno-Infantil Perpetuo Socorro de Badajoz, Hospital Universitario Infantil La Paz de Madrid y del Departamento Médico de Stallergenes Ibérica.
El estudio demuestra una vez más el compromiso de Stallergenes con los pacientes con alergias respiratorias graves para investigar terapias eficaces, como la inmunoterapia sublingual. Desde 2003, Stallergenes a nivel mundial se ha embarcado en el programa de desarrollo Stalair, creando una nueva clase terapéutica, ha señalado Ángel Azpeitia, director médico de Stallergenes Ibérica.
El estudio observacional, multicéntrico y prospectivo se efectuó entre 172 pacientes, con una edad media de 11 años. El 88,5 por ciento eran polisensibilizados, con una mediana de 3 sensibilizaciones. El 61,5 por ciento presentaban asma y el 95,9 por ciento estaban en tratamiento con un extracto sublingual de 300 IR/ml.
El 55 por ciento de los pacientes tenían una rinitis persistente moderada-grave al iniciar la inmunoterapia, cifra que descendió al 19 por ciento tras el primer periodo de tratamiento pre-coestacional. Los investigadores evaluaron mediante el cuestionario QUARTIS la evolución de la alergia, expectativas de salud y calidad de vida en dos visitas, una al comienzo del tratamiento con inmunoterapia y otra seis meses después.
Iniciativas de la Sociedad Latinoamericana para las Inmunodeficiencias (LASID)
Enviado por Red-ALAAI al Dr. Juan Carlo Amatucci Alergólogo y Periodista Científico
Las enfermedades por inmunodeficiencia primaria (PIDD) se asocian con importante morbilidad y mortalidad y resultan en una carga de salud pública significativa. Esto es en parte debido a la falta de diagnóstico apropiado y tratamiento de estos pacientes. Es fundamental que los gobiernos tomen conciencia de este problema y proporcionen los recursos necesarios para reducir este impacto en los sistemas de atención de salud. Los médicos líderes en sus respectivos países deben ser apoyados por sus gobiernos a fin de aplicar las herramientas y proporcionar educación y así mejorar el diagnóstico y el tratamiento de PIDD. La Sociedad Latinoamericana de Inmunodeficiencias Primarias (LASID) ha puesto en marcha un gran número de actividades encaminadas a lograr estos objetivos, incluido el establecimiento de un registro de PIDD, el desarrollo de programas educativos y guías, y la introducción de un programa de becas PIDD. Estas iniciativas resultan en un impacto positivo en la identificación y el tratamiento adecuado de los pacientes con PIDD en América Latina. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar que todas las personas con PIDD reciban la terapia adecuada.
A. Condino-Neto, J.L. Franco, F.J. Espinosa-Rosales, L.E. Leiva, A. King, O. Porras, M. Oleastro, L. Bezrodnik, A.S. Grumach, B.T. Costa-Carvalho, R.U. Sorensen. Advancing the management of primary immunodeficiency diseases in Latin America: Latin American Society for Immunodeficiencies (LASID) Initiatives. Allergol Immunopathol (Madr). 2012;40(3):187-193 (Full text)
Los probióticos reducen el riesgo de diarrea causada por la toma de antibióticos |
Fuente : europa press | |
Enviado por Diario Saluid News al Dr. Juan Carlo Amatucci Médico y Periodista
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Un nuevo estudio de la Corporación RAND, en Estados Unidos, considera que los probióticos pueden reducir el riesgo de sufrir diarrea durante la toma de antibióticos. Mediante el análisis de un gran número de estudios publicados, que examinan los efectos de los probióticos, los investigadores de RAND encontraron una evidencia consistente de que los probióticos pueden beneficiar a las personas que están tomando antibióticos. Los hallazgos han sido publicados en el 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).
Los probióticos son microorganismos que mejoran la salud mediante el mantenimiento de un equilibrio normal de los microorganismos en el intestino humano. "Hemos encontrado un claro efecto beneficioso de los probióticos en la prevención, o el tratamiento, de la diarrea asociada a la toma de antibióticos", afirma el coautor del estudio, Sydne J. Newberry, científico e investigador del RAND.
Newberry añade que, "sin embargo, se necesita más trabajo para determinar qué tipos de probióticos funcionan mejor, qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de ellos, y si hay algún riesgo en su uso".Hasta un 30 por ciento de los pacientes que toman antibióticos sufren diarrea, un efecto secundario, y una razón clave por la que algunos pacientes no siguen adelante con el ciclo completo del tratamiento con antibióticos.
Los investigadores del RAND, llevaron a cabo una extensa revisión de la literatura médica para encontrar estudios que han evaluado si el uso de probióticos puede prevenir y tratar la diarrea, asociada a los antibióticos. Como resultado, el uso de probióticos se asoció con un riesgo un 42 por ciento menor de desarrollar diarrea al tomar antibióticos, en comparación con el no uso de probióticos. Sin embargo, los investigadores creen que la evidencia es insuficiente para demostrar qué tipo de microorganismos eran mejores que otros, ya que las cepas incluidas no fueron bien documentadas. Además, no había indicios de que la respuesta varíe de forma sistemática por la edad de una persona, la duración del uso de antibióticos, u otras indicaciones clínicas.
El equipo de RAND concluye que los esfuerzos futuros para estudiar los efectos de los probióticos deben tratar de determinar si algunas cepas, o combinaciones de probióticos, funcionan mejor que otros, trabajar con los antibióticos específicos, y averiguar si el uso de probióticos para la diarrea asociada a antibióticos está asociado con riesgos para la salud.
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