viernes, 25 de agosto de 2017

El primer estudio sobre rinitis alérgica reveló que afecta a 2 de cada 10 argentinos
Fuente : AAAeIC

La rinitis alérgica está en la cima de dos podios: es la enfermedad respiratoria y la patología alérgica más frecuente. El primer estudio de prevalencia realizado en el país así lo confirma: la sufren más de 5,5 millones de habitantes de entre 5 y 44 años, pero uno de cada tres no lo sabe. Es decir que casi dos millones padecen sus molestos síntomas, pero no tienen diagnóstico médico ni siguen un tratamiento para aliviarlos, lo que impacta severamente en su calidad de vida.
Los resultados preliminares del estudio Prevalencia en Argentina en Rinitis Alérgica (PARA 2017) fueron presentados hoy en el congreso anual de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC). Sus autores se enorgullecen de que por primera vez hay estadísticas locales sobre la cantidad de pobladores que viven con la enfermedad, dado que hasta ahora sólo contaban con estimaciones basadas en cifras de otros países.
Para el trabajo se hicieron 3200 encuestas telefónicas en todo el territorio nacional. Se utilizaron cuestionarios validados (usados en estudios similares). ¿Los resultados? Un 20,5% de la población estudiada tiene rinitis alérgica, aunque no todos los participantes conocían su condición y fueron “diagnosticados” por score, es decir, a través de sus respuestas a 11 preguntas. “Proyectado a la población general de ese rango etario (5 a 44 años) implicaría que en Argentina hay 5,5 millones de personas con rinitis alérgica, de las cuales 3,8 millones tienen diagnóstico. Pero hay una enorme cantidad de habitantes (1,7 millones) con síntomas de la enfermedad que no han sido diagnosticadas”, advierte Daniel Vázquez, presidente del congreso de la  AAAeIC.
Las causas del preocupante subdiagnóstico son múltiples: personas que no consultan o que sí lo hacen pero no son correctamente evaluadas, entre otras. Hay un montón de pacientes que deambulan con síntomas durante años y a los que jamás les han dicho que vayan al especialista”, comenta Vázquez a Clarín.
Los síntomas a los que hace referencia son estornudos, obstrucción y goteo nasal (moco acuoso), picazón de nariz (también de oído y paladar), que se producen como una reacción alérgica a diferentes agentes. “Son los mismos síntomas que los de un resfrío viral o congestión. La diferencia está en que el resfrío viral dura entre 7 y 10 días, suele presentarse con moco de otro color (amarillo/verdoso) y suele tener manifestaciones que van más allá de la nariz, como el cansancio, la fiebre. Mientras que el resfrío alérgico es más bien crónico (dura 3 o 4 semanas al año) y puede tener estacionalidad: los que tienen alergia al polen sufren más en primavera-verano y los que tienen a ácaros más en otoño-invierno”, explica Claudio Parisi, coautor del trabajo junto a Vázquez, Iris Medina, Gabriel Gattolín (todos del comité científico de Rinitis y Vías Aéreas superiores de la AAAeIC ), Sergio Arias (del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Emilio Coni”) y Georgina Logusso.
En la rinitis alérgica existe una predisposición genética. El desencadenante en la mayoría de los casos son los ácaros del polvo, seguidos por los hongos aerógenos (humedad) y el epitelio de mascotas (perros y gatos, principalmente), según arrojó el estudio. El polen y la contaminación ambiental también son potentes alergenos.

 

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